Qué es un plan de igualdad
Hoy día, existen pocas muchas empresas en nuestro país que no tengan claro lo que es un plan de igualdad. La forma de abordar las cuestiones de género en la organización define la marca empleadora, causando un impacto en el atractivo del negocio a ojos de inversores, socios y talento.
Si bien la mayoría tratan de evitar el sesgo, a veces, las buenas intenciones se pueden quedar solo en eso si no se cuenta con el apoyo de un plan consistente. Las empresas pasan por diferentes momentos, están expuestas en una diversidad de canales y experimentan las decisiones de una variedad de líderes. Sin la guía de una hoja de ruta que defina prioridades y ayude a aclarar los principios y valores en que se asienta la organización, pueden sufrirse pérdidas de alineación y cometerse errores.
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¿Qué es un plan de igualdad?
Un plan de igualdad es una estrategia que se concreta en una serie de medidas orientadas a evitar la aparición de sesgos de género. El objetivo de una guía de este tipo es evitar las discriminaciones por este motivo dentro de la empresa, habilitando para ello las medidas, políticas y procedimientos que se consideren oportunos.
Por lo general, en el plan se establece la necesidad de realizar una evaluación inicial, a la que seguirán diferentes auditorías de procedimientos y prácticas para identificar sesgos de género. También ha de señalarse la importancia de definir metas específicas, cuyo seguimiento se llevará a cabo a través de la recogida de métricas procedentes de indicadores.
Es interesante que el plan prevea la identificación e implementación de estrategias innovadoras para corregir cualquier sesgo, así como la incorporación de los avances que simplifiquen la monitorización del progreso del plan o habilitación de nuevas medidas.
Este conjunto de acciones, que pueden presentar diferentes grados de complejidad, tiene como objetivo articular una visión estratégica orientada a lograr la igualdad de género. Es por ello que conviene que no se quede en conceptos abstractos, sino que concrete acciones específicas, las que llevarán a alcanzar los objetivos realistas planteados en el documento.
Cabe advertir que, quienes saben qué es un plan de igualdad de género entienden que una estrategia de diversidad o antidiscriminación más amplia que aborde el género, no en particular, sino entre otros temas, no puede considerarse como sustituto.
La web de la Comisión Europea explica al respecto que: “si dicha estrategia no se basa en datos suficientes sobre género y solo aborda el género a través de un número limitado de medidas e indicadores, es poco probable que se logre realmente la igualdad de género”.
Elaboración de un plan de igualdad de género
Quienes saben qué es un plan de igualdad tienen claro que el enfoque de desarrollo debe ser holístico. Partiendo de una visión integrada de todas las áreas que comprenda, se identificarán las interdependencias para estudiar su potencial creador de valor.
Inspirarse en el planteamiento y medidas adoptadas por otras organizaciones es válido y puede ser un buen recurso, tomando la precaución de contextualizar, ya que las circunstancias nunca serán iguales, como tampoco las metas.
Algunos de los componentes básicos de esta hoja de ruta estratégica son:
- Objetivos y plazos. Las metas deben ser realistas, ambiciosas, pero alcanzables, medibles y sujetas a un horizonte temporal específico que facilite medir su evolución y los logros acumulados.
- Indicadores y herramientas para monitorizar el progreso. Partiendo de una evaluación de los recursos disponibles, se definirán los KPI que mayor visibilidad pueden aportar al proceso de seguimiento.
- Roles y responsabilidades. Cada persona involucrada en el proyecto deberá tener claro cuál es su cometido y cuál el valor de su aportación.
Es conveniente que en el proceso de elaboración de un Plan de Igualdad de Género se dé oportunidad de participar a distintas personas, cuyos roles se encuentren a diferentes niveles de responsabilidad y áreas de la empresa.
También resulta interesante construir alianzas que ayuden a enriquecer el proyecto nutriéndolo de perspectiva y contribuyan a la sostenibilidad y proyección de los logros alcanzados.
Involucrar a las partes interesadas es una constante en un proyecto de este tipo: comienza con convencer a los puestos de alta dirección y liderazgo y continúa, ampliando el número de actores involucrados, siempre con el objetivo de construir alianzas más duraderas y sólidas.
Es preciso tener en cuenta que el plan debe resultar significativo para toda la organización. Eso es complicado de conseguir a la primera y, por este motivo, hay que plantear la elaboración el plan como un proceso en sí mismo. El proyecto dará inicio cubriendo las principales prioridades y deberá evolucionar, en base quizás a iteraciones y ajustes, para ganar en adaptación y efectividad.
La citada web de la Comisión Europea nos recuerda que “un Plan de Igualdad de Género no es estático: evoluciona de forma continua. La organización, las personas y las prioridades pueden cambiar drásticamente de un momento a otro y por eso se aconseja ser flexible. La negociación del significado de la igualdad de género en relación a las diferentes acciones y actores involucrados es un proceso constante.”
Implementación de un plan de igualdad de género
Entender lo que es un plan de igualdad de género supone aceptar que, casi tan desafiante como parecen la definición de la estrategia y la planificación lo es la fase de implementación. Esta etapa no está exenta de retos, uno de ellos relacionado con el cronograma marcado.
La manera de avanzar según lo previsto y evitar retrasos o pérdidas de alineación con lo programado es:
- Planificar una sesión de capacitación inicial para el equipo responsable de implementar el Plan y para otras audiencias objetivo directamente involucradas (por ejemplo, gerentes, personal de recursos humanos). Los esfuerzos continuos de sensibilización y desarrollo de competencias maximizarán las posibilidades de éxito e institucionalización.
- Organizar reuniones periódicas con el equipo responsable de la implementación del Plan de Igualdad de Género. Estas reuniones no solo son importantes para diseñar y planificar actividades de manera participativa, sino también para discutir los avances, principales logros y aspectos que se pueden mejorar. En ellas resultará más sencillo identificar posibles problemas y actuar proactivamente sobre ellos.
- Ofrecer coaching personalizado a las distintas partes involucradas durante la implementación del Plan de Igualdad de Género. Esta medida puede complementarse con la organización de talleres orientados al desarrollo de capacidades específicas y la realización de campañas sobre temas seleccionados.
- Ampliar el alcance del proyecto. Siempre es buena idea continuar involucrando a las partes interesadas de manera continua y llegar a nuevas. Este tipo de interacciones aportan un feedback muy relevante a la hora de evaluar la eficacia de las medidas implementadas o averiguar cómo mejorar las acciones a realizar.
Evolución del plan de igualdad
El plan de igualdad partió de una idea, la de superar limitaciones que afectaban a la organización o prevenir su aparición en el futuro. Tras una evaluación inicial, se analizó la situación, constatando que era necesario plantear una serie de medidas para evitar la discriminación por razones de género. Esta etapa de análisis aporta datos relativos a la cultura de empresa y sus políticas; a las desigualdades y prejuicios de género que pueden afectar al día a día de las personas que trabajan en ella y a las prácticas que definen los valores de la organización.
A la vista de esta información, es más sencillo comenzar con la definición del plan de igualdad. Para ello habrá que establecer metas, definir objetivos específicos y KPI, asignar recursos y fijar plazos.
La implementación seguirá el proceso natural de la evolución del plan. Es entonces cuando se accionan las ideas y se va expandiendo el impacto del proyecto, a la vez que se recogen los primeros datos que ayudan a practicar los ajustes necesarios.
Pero, como entienden quienes saben qué es un plan de igualdad, este documento está vivo y no deja de transformarse. Para que el progreso avance en la dirección adecuada se necesita sujetar el plan a monitorización. Un seguimiento y una evaluación periódica permite ajustar y mejorar las intervenciones, de modo que se puedan optimizar sus resultados.
A la hora de practicar ajustes hay que priorizar. No todas las áreas pueden abordarse al mismo tiempo, y algunas pueden ser más urgentes que otras. Establecer prioridades es fundamental.
Créditos fotográficos: thomasandreas
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