Pagaré y cheque: al alcance de tu mano

Es frecuente que las operaciones de negocio se apoyen en distintos instrumentos financieros, como pagarés y cheques. Si vas a usar alguno de los dos te interesa saber qué son, en qué se diferencian y qué cualidades comparten. Vamos a descubrirlo.

Pagaré y cheque no son lo mismo: ¿qué distingue al pagaré?

Los pagarés a menudo se emiten en el curso de acuerdos comerciales y transacciones financieras para registrar el endeudamiento y las obligaciones de las partes. Sin embargo, las personas que utilizan estos instrumentos deben ser conscientes de su naturaleza especializada.

Un pagaré se caracteriza por:

  • Ser una promesa incondicional de pago hecha por una persona a otra
  • Tener que estar firmado por la persona que hace la promesa.
  • El endeudamiento contemplado en el pagaré puede ser reembolsado a la vista o en un tiempo fijo en el futuro, dependiendo de la redacción específica del pagaré.
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¿En qué se asemejan pagarés y cheques?

Los pagarés, junto con las letras de cambio y los cheques, son instrumentos negociables. Eso significa que el acreedor original que posee el pagaré puede transferir el título del pagaré a un tercero, sin el consentimiento o el conocimiento del deudor que dio el pagaré.

Este concepto puede ser más familiar en el contexto de un cheque, que es otro instrumento negociable.

Un cheque puede hacerse a nombre de la Persona A, quien lo endosa para transferirlo a la Persona B. La Persona B se convierte entonces en la persona con derecho a recibir el monto del cheque. El endoso del cheque es la negociación.

¿Cómo se usa este instrumento financiero?

Un pagaré se puede utilizar en una transacción comercial de distintas formas:

  1. Como medio para demostrar el endeudamiento.
  2. Como pago parcial de un activo o compra de acciones.
  3. Para demostrar un préstamo corporativo de un accionista.

La relación entre el acreedor original y el deudor a menudo se rige por una relación personal o contractual más amplia. Sin embargo, si el pagaré se negocia con un tercero, ese nuevo acreedor puede adquirir el pagaré libre de derechos contractuales u otras obligaciones que existían entre las partes originales.

En la mayoría de los casos, un pagaré se interpreta como algo separado y aparte del contrato u otros derechos o relaciones que existen entre las partes originales. Por lo tanto, un tercero que posea un pagaré «a la vista» puede exigir el pago en cualquier momento (sujeto a los términos específicos del pagaré), incluso cuando el acuerdo entre las partes originales limite u ordene de otro modo «si» o » cuando” se haría el requerimiento de pago.

Los riesgos asociados al uso de este tipo de instrumentos se pueden gestionar siguiendo los siguientes consejos:

  • Tener cuidado con los pagarés «a la vista», en los que se puede exigir el pago en cualquier momento.
  • Redactar el pagaré de tal forma que no sea negociable. Entonces, el pagaré sólo operará para evidenciar un endeudamiento y una obligación de reembolsar al acreedor original.
  • Asegurarse de que el pagaré sea apropiado para la transacción y aborde adecuadamente los riesgos legales imprevistos.

Pagarés y cheques pueden ser un medio útil para documentar las obligaciones financieras, pero se debe tener cuidado para evitar resultados no deseados.

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Créditos fotográficos: AndreyPopov


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