Evaluación interna y externa impulsada por inteligencia artificial
La evaluación interna y externa es un proceso manual que, sin embargo, puede aumentar su eficiencia y eficacia gracias a la inteligencia artificial. Esta tecnología ayuda a optimizar procesos obligatorios para las empresas, en los casos en que así lo establece la legislación aplicable; y a mejorar la toma de decisiones, cuando se analizan datos no estructurados procedentes de fuentes externas con el objetivo de mejorar el ajuste estratégico.
La función de auditoría interna de muchas organizaciones, especialmente en empresas públicas y gobiernos, alcanza grandes dimensiones, es obligatoria y no suele resultar demasiado efectiva. Pero se trata de un problema con solución.
¿Cómo mejorar la evaluación interna y externa con tecnología?
Antes de elegir la tecnología necesaria para optimizar un proceso de evaluación interna y externa hay que comprender lo que implica una evaluación de este tipo. En la mayoría de los casos, con este análisis se busca monitorizar y evaluar la efectividad de los sistemas de la organización, así como su entorno.
El modo en que se organizan las auditorías varía de empresa a empresa, aunque siempre se actúa de manera sistemática, por ejemplo, en lo que respecta a la auditoría interna, evaluando el desempeño de varios segmentos de las operaciones de la organización para tomarles el pulso. Esto se consigue al comparar los resultados medidos con los esperados o con los requisitos de cumplimiento o políticas aplicables.
Se trata de una actividad muy intensiva en trabajo que, además tiene la complejidad de centrarse en grandes conjuntos de datos no estructurados. Y aquí es donde entra en juego la inteligencia artificial.
Esta tecnología ayuda a superar las limitaciones de la evaluación interna y externa manual, que adolece de problemas de parcialidad en la selección y de integridad, a los que hay que sumar otros que tienen que ver con los métodos inadecuados de capacitación del personal o la falta de mano de obra en algunos procesos.
Así, gracias a auditorías impulsadas por inteligencia artificial se evitan problemas tan comunes como los siguientes:
- Visión general cuantificable no disponible. Los números son difíciles de generar y el cuerpo del contenido generalmente se muestrea, ya que hay demasiada documentación para analizar manualmente.
- El proceso depende de decisiones humanas no cuantificables: los riesgos no se identifican como deberían, los controles no se asocian eficazmente y existe una alta probabilidad de sesgo, relacionada con la propia naturaleza del ser humano.
- La transferencia de conocimiento es deficiente, lo que lleva a silos de conocimiento y una gran dependencia de los miembros clave del personal.
- Algunas áreas están sobreevaluadas, mientras que, otras, rara vez son auditadas.
Tener una comprensión profunda del alcance de una evaluación interna y externa puede llevar a más descubrimientos de eficiencias, a medida que más personas involucradas en la planificación tienen la facultad de formular preguntas que ayudan a mejorar la organización y sus operaciones.
Recurrir a la inteligencia artificial es más que una solución; representa un paso adelante en la automatización de los procesos de negocio, que deja más tiempo para formar a los equipos y compartir los conocimientos sin depender constantemente del personal clave para las tareas de comprensión de las conclusiones alcanzadas con la auditoría.
Créditos fotográficos: SARINYAPINNGAM
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