Stakeholders: definición y elementos asociados

Una empresa es mucho más que una marca. Se suele creer erróneamente que la acción empresarial se limita a la fabricación de productos o servicios en un mercado específico, y que lo único que realmente incumbe a dichas empresas es su beneficio económico, su número de ventas o su inversión.

Sin embargo, las empresas no son islas ni burbujas que están apartadas del medio que les rodea. Por el contrario, forman parte activa de ese medio.

El término stakeholders , que podemos traducir como participante, interesado o inversor, se refiere precisamente a esta condición. Son todos aquellos agentes, internos o externos, que de alguna u otra forma están involucrados con la actividad de una empresa, y que por ende resultan afectados con el desempeño de ésta.

 

Stakeholders: origen del término y alcances

La integración de las empresas con su medio ha sido un elemento recurrente en todos los sectores. Sin embargo, nunca antes como ahora, dado el viraje hacia modelos de gestión más flexibles y abiertos, había cobrado tanta importancia.

De este enfoque han surgido, por ejemplo, términos como la Responsabilidad Social Corporativa, la Gestión de Calidad, el enfoque de Ciclo de Vida o el compromiso con la conservación y el cuidado del medioambiente.

Ante la inminencia de dichos cambios en la manera de entender a las empresas, fue el teórico estadounidense R. Edward Freeman quien en 1984  acuñó el término, quizá previendo que en las décadas siguientes se convertiría en un elemento indispensable en la gestión empresarial del siglo XXI.

Para Freeman, los stakeholders son actores sociales que de alguna u otra forma guardan relación con las empresas y que cualquier decisión en torno a éstas les afecta positiva o negativamente.

Sin embargo, casi todos los stakeholders están relacionados con una función concreta: la supervivencia de las empresas. Es decir, cada uno de ellos, desde su actividad o campo de acción, realizan aportes individuales para que una idea determinada de negocio siga vigente en el mercado y no pierda continuidad.

 

Tipos de stakeholders y su nivel de influencia

Para que dichos agentes sociales puedan oficiar como stakeholders, deben tener cierta legitimidad en el mercado, así como la capacidad de producir un efecto en la empresa e, incluso, ser autores de demandas y exigir atención para satisfacerlas.

Según el propio Freeman y otros autores que se han ocupado del tema más adelante, existen dos tipos básicos de stakeholders:

a) Primarios: son aquellos que guardan una relación directa con las empresas, como por ejemplo los accionistas, los clientes o consumidores, los proveedores, los distribuidores y, por supuesto, los trabajadores o miembros de la plantilla. Cualquier situación sobre la empresa, positiva o negativa, generará en ellos un efecto más notorio que en el resto de stakeholders.

b) Secundarios: por el contrario, en este caso se trata de aquellos agentes que no tienen un intercambio directo con las empresas, pero que de cualquier forma pueden verse afectados ante cualquier cambio. Por ejemplo, los competidores, las ONG o los medios de comunicación, entre otros.

Otros ejemplos de stakeholders son los inversores y las entidades financieras con las que las empresas entren en contacto, los aliados estratégicos, las administraciones, los entes reguladores, los creadores de opinión, la publicidad y, en general, la sociedad.

 

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