Conoce las claves del coaching ejecutivo y serás el directivo perfecto

¿Necesitas darle un giro a tu rol de líder pero no sabes por dónde empezar? ¿Quieres convertirte en un directivo eficiente y resolutivo?

No existen fórmulas mágicas para convertirte en un directivo ejemplar, pero sí que puedes recurrir a técnicas que te ayuden a orientar tu carrera empresarial. La más efectiva: el coaching, en concreto el coaching ejecutivo, aunque no es el único que te puede ayudar. Existen otros tipos de coaching igualmente efectivos, con una serie de ventajas que deberías conocer.

 

Coaching ejecutivo: qué es y para qué sirve

Seguro que en más de una ocasión has oído hablar del coaching, un concepto que en los últimos años se ha extendido en todos los ámbitos (desde coaching deportivo hasta coaching de vida), ante la necesidad de superarnos y convertirnos en mejores personas o profesionales. Aquí entra en juego la figura del coach o entrenador, que será quien nos guíe en la búsqueda del camino más eficaz para conseguir nuestros objetivos, potenciando nuestras capacidades y habilidades.

 

 

En el caso concreto del coaching ejecutivo, es una rama del coaching que se centra exclusivamente en la formación de gerentes y ejecutivos exitosos. Su trabajo consiste en desarrollar las competencias claves de estas personas de cara a la dirección de las empresas.

Según se apunta desde el Instituto Europeo de Coaching (IEC), las principales aplicaciones del coaching en el trabajo son:

• Motivación del personal
• Delegación
• Resolución de problemas
• Cuestiones de interrelación
• Creación de equipos
• Evaluaciones y valoraciones
• Desempeño en las tareas
• Planificación y revisión
• Desarrollo del personal
• Trabajo en equipo

En otro apartado, el IEC explica que los objetivos primordiales que se persiguen a través del coaching ejecutivos pasan por:

• Aprender o mejorar habilidades específicas
• Mejorar la eficacia
• Prevenir el fracaso
• Prepararse para conseguir una promoción en la carrera
• Mejorar los resultados de la empresa.

 

Coaching para emprendedores

Si eres emprendedor o estás pensando en convertirte en uno de ellos, el coaching es una valiosa herramienta que te ayudará a desarrollar tus habilidades de liderazgo para convertir tu proyecto en un éxito.

Uno de los aspectos en los que más te puede ayudar el coach es en la gestión de la inteligencia emocional. Esta es una de las habilidades más importantes para todo emprendedor y se basa en la capacidad que tenemos para controlar y potenciar el manejo de nuestros impulsos emocionales de forma positiva, especialmente en situaciones difíciles.

De este modo te será muy eficaz saber identificar el origen emocional de las conductas, distinguir emociones y estados de ánimo para empatizar con las personas,  entender sus actuaciones y sobre todo, conseguir tus objetivos.

 

Coaching para liderar equipos de trabajo

Otro de los puntos que el coach puede fortalecer es el trabajo en equipo. En muchas ocasiones, el principal problema que los emprendedores se encuentran es la falta de compromiso de los colaboradores, motivada por la inexistencia de un liderazgo claro por parte del emprendedor.

 

El coaching te ayudará a establecer una serie de pautas de cambio en el equipo de trabajo que lo convertirán en un grupo cohesionado, integrado, motivado, comprometido y productivo. Estas mismas estrategias puedes ponerlas en práctica a la hora de gestionar las relaciones con tus socios, con los que será inevitable que surjan conflictos y situaciones adversas.

En cualquier caso, el coaching es una herramienta útil para mejorar tu rol como líder, tanto en tu propio proyecto profesional como en tu grupo de trabajo. Se trata de potenciar los rasgos que necesites en cualquiera de los escenarios que te desempeñes. En este sentido, conviene reconocer algunos tipos de liderazgo como:

• Transformador: el que genera cambios positivos en su entorno inmediato.
• Lateral: pertenecen al mismo rango del grupo que lideran.
• Diplomático: sabe pedir y ceder al mismo tiempo; su fuerte es la negociación.
• Democrático: su prioridad es la participación de los grupos.