Trabajo en el extranjero: beneficios

Existen diversas opciones para los profesionales interesados en aumentar su prestigio laboral. En otros post nos hemos referido a varias de ellas, por ejemplo la formación complementaria, el cambio de sector productivo, la especialización y hasta la consecución de certificaciones y títulos.

Sin embargo, quizá una de las más valoradas es la de mudarse a un país del extranjero donde podamos ejercer nuestra profesión o especialidad. Casi todos lo hemos valorado alguna vez. ¿También tú?

El mundo en el que vivimos se caracteriza por la movilidad y el intercambio, sobre todo en los sectores productivos. Trabajar fuera de nuestro país es más sencillo ahora que hace unos años, cuando las barreras legales y jurídicas, pero también culturales, impedían la fluidez que apreciamos en la actualidad.

A eso debemos sumarle que han aumentado las ofertas. Hasta hace un par de décadas, aspirar a un empleo en Taiwán o en Sudamérica era toda una experiencia y llevaba asociado cierto componente de aventura.

Ahora, por el contrario, es más habitual. La globalización nos ha permitido reducir las distancias y ampliar nuestras perspectivas laborales. El mundo entero está mucho más cerca. Es cuestión de dar el primer paso e ir en busca de ello.

 

Encontrar trabajo en el extranjero, ¿qué ventajas tiene?

Las razones que te pueden impulsar a buscar trabajo en el extranjero son diversas y van desde las crisis económicas hasta las motivaciones personales. Sea cual sea tu caso, lo que sí está claro es que dar el paso supone numerosas ventajas para tu trayectoria profesional. ¿Quieres saber cuáles son?

a) Mayores posibilidades de promoción:

Cuando los sectores locales o nacionales no ofrecen demasiadas oportunidades de ascenso, mudarte a otro país puede ser la solución. Desde 2010, por ejemplo, cientos de maestros españoles viajaron a varios países de Sudamérica y hallaron el terreno abonado para su desarrollo profesional. Eso sí, para que esto ocurra, antes debes valorar bien el escenario al que apuntas.

b) Aprender una segunda lengua:

Una motivación añadida de trabajar fuera es aprender un segundo idioma, por ejemplo el inglés, el alemán, el portugués o el chino. Aunque luego no te quedes en esa plaza de trabajo, habrás aprendido algo que te servirá para toda tu vida.

c) Ampliación de tu red de contactos:

La ampliación de los contactos es otro de los beneficios de encontrar trabajo en el extranjero. Tus vínculos profesionales aumentan notablemente, lo cual puede convertirse en un punto a tu favor si más adelante quieres desarrollar una idea de negocio propia. Cualquiera de esos nuevos contactos, mañana pueden ser socios, inversores o incluso clientes tuyos.

d) Mejor remuneración:

Nadie se muda de país para rebajar sus expectativas salariales. Por lo general, los traslados al extranjero están asociados a una mejor remuneración que la que se tiene en el país de origen. Si es eso lo que buscas, no lo pienses. Has dado con la oportunidad profesional de tu vida.

e) Aumento de la experiencia:

Se suele decir que la experiencia laboral acumulada en el extranjero vale el doble. Y aunque esto no sea estrictamente así, lo que sí es cierto es que ganas muchísimo por el solo hecho de adaptarte a otras circunstancias y modelos de trabajo. Cuando vuelvas, si es que lo haces, ya no tendrás una sola perspectiva de cómo hacer las cosas; tu mirada será más amplia.

 

Para finalizar, es bueno que tengas en cuenta que estos beneficios dependen en buena medida de la elección que hagas. No se trata de aceptar la primera oferta que llegue a tus manos. Valora bien cada alternativa en función de lo que busques y notarás los beneficios de una experiencia como ésta.

 

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