La financiación en la empresa: el descuento comercial

El abanico de servicios que ofrecen las entidades financieras a las empresas es diverso y cambiante. Saber cuál conviene a tu compañía en cada momento es vital para asegurar su superviviencia. En esta ocasión, repasamos la utilidad del descuento comercial o bancario.

Cuando una empresa factura sus servicios se encuentra con varios tipos de clientes: los que pagan al contado, los que prefieren la transferencia bancaria, o los que emiten pagarés con un vencimiento a 30, 45 e, incluso, 60 días. Es en este último caso cuando los descuentos comerciales son el mejor aliado para la salud financiera de la compañía.

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El descuento de efectos es un instrumento financiero muy utilizado por las empresas para conseguir liquidez inmediata de las ventas aplazadas a los clientes, con la que afrontar sus obligaciones y pagos. Consiste en una operación llevada a cabo por las entidades financieras –banco, caja o entidad de crédito– al adquirir pagarés o letras de cambio no vencidas. El cliente consigue liquidez y el banco descuenta del valor nominal del derecho de cobro los correspondientes gastos (de estudio, de gestión, por devolución de efectos, timbres) e intereses (fijos o variables) generados entre la fecha de anticipo y la de vencimiento, aunque dependerá en cada caso de las condiciones contractuales. Algunas entidades ofrecen ya un estudio gratuito.

En este punto hay que detallar que si bien el banco adelanta un crédito a la empresa, resultado de la venta de un producto o servicio a terceros, en ningún momento asume el posible impago del crédito por parte del deudor. Si se diera esta circunstancia, el banco cargará a la empresa el nominal del crédito más una comisión; en definitiva, la responsabilidad será íntegra para la empresa.

Este tipo de finaniciación a corto plazo es cómoda y flexible pero lleva implícitos una serie de requisitos. Entre ellos, que el cobro esté debidamente documentado mediante pagarés, letras de cambio, facturas o recibos. Este última modalidad -el descuento de recibos- es mucho más ágil ya que la empresa no tiene que esperar a que su cliente emita el pagaré, sino que puede descontar dicho recibo una vez facturado el servicio. Asimismo, las entidades financieras no están obligadas a aceptar todos los efectos comerciales que se le presenten al descuento; es habitual que la empresa o sus socios tengan que aportar avales o garantías a fin de garantizar el cobro de los derechos anticipados por el banco, en caso de que el deudor no responda.

Los descuentos comerciales son interesantes para las empresas ya que permiten financiar su capital circulante sin tener que esperar al vencimiento de los créditos. Su amplio uso a nivel empresarial y comercial hace que cuando se hable de descuento se entienda que es el comercial, a diferencia del simple o compuesto. No obstante, existen otras formas de financiación a corto plazo menos costosas para la empresa. Por ello, es fundamental tener una buena planificación de ingresos y costes para poder estudiar el más conveniente en cada caso.

¿Existen varias modalidades de descuento comercial? En la práctica, se puede diferenciar entre la línea de descuento y el descuento comercial circunstancial. En el primero de ellos, la entidad financiera fija un tope de efectos comerciales a descontar y unas condiciones para renovar periódicamente esta operación. Por el contrario, en el segundo -también llamado «al tirón»-, se negocia el descuento de varios derechos de cobro pero de forma individual.

 

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