Tipos de dinero: del fiduciario al dinero electrónico

Vivimos en una época en la que el dinero físico ha dejado de ser el principal soporte para el intercambio de bienes y servicios. Hay distintos tipos de dinero y es nuestra obligación como profesionales de la gestión de empresas conocer en qué consiste cada uno de ellos y cuáles son sus utilidades y beneficios.

Para empezar, el dinero no tiene un valor por sí mismo. O dicho de otro modo, ni el papel ni los sellos ni los materiales con los que está hecho remiten a su valor comercial, el cual, en cambio, radica en lo que representa.

El dinero es, además, resultado de un consenso social y existe en la medida en que los miembros de una comunidad, grupo, país, nación o continente lo aceptan como medio de intercambio. Si no fuese así, carecería de cualquier valor.

 

Tipos de dinero: historia de la moneda como medio de intercambio

Antes de adentrarnos en la descripción de los tipos de dinero más empelados y en sus utilidades y beneficios, convendría echar la vista atrás y remitirnos a los orígenes de la moneda como medio de intercambio de bienes.

Según Heródoto, uno de los historiadores griegos de mayor renombre, el dinero tuvo su origen en la antigua la ciudad de Lydia, en las costas del mar Egeo y que actualmente se ubicaría en lo que constituye la frontera entre Turquía y Grecia.

 

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Los escritos de este personaje hablan de que en dicha polis circularon, más o menos en el siglo VIII a. C., monedas elaboradas con una aleación de oro y plata y que ganaron fama por llevar impresa la imagen de un león,  que en ese momento era el símbolo de la ciudad y de todo el pueblo lidio.

Sin embargo, el término moneda apareció siglos más tarde, concretamente durante el Imperio Romano. La palabra proviene de moneta, que era el apodo con el que en ese momento se conocía a la diosa Juno, la reina de las deidades en el panteón romano.

Los romanos fueron los primeros en fabricar monedas de igual tamaño y peso, así como de prohibir la producción individual de las mismas y centralizar dicha función en las autoridades del Estado. Quizá sin saberlo, estaban creando la figura del banco central.

De Roma también proviene el término dinero, que en realidad ese deriva de denarium, una de las tantas monedas que acuñaron para realizar sus actividades comerciales y que llegó a tener amplia repercusión en todo el imperio.

 

¿A qué tipos de dinero podemos acceder hoy día?

Mucho ha llovido desde entonces. Sin embargo, pese a los numerosos cambios sociales, políticos y económicos que se han presentado desde los romanos hasta nuestros días, el dinero sigue conservando más o menos la misma función: servir de herramienta para el intercambio comercial entre individuos que lo reconozcan como tal.

Eso sí, el desarrollo de las nuevas tecnologías y el ágil proceso de digitalización en el que nos encontramos inmersos ha propiciado su cambio de formatos y que adquiera características que hasta el momento no había tenido.

Hay que tener en cuenta, además, el sistema económico mundial, los mercados en los que se mueve el capital y las dinámicas o transacciones entre agentes y usuarios. Así las cosas, hoy día reconocemos algunos tipos de dinero como los siguientes:

  1. Dinero fiduciario:

Es el dinero que utilizamos cotidianamente. Su valor, recordemos, no está en sí mismo ni en los materiales de los que están hechos los billetes o las monedas. Representan un determinado valor establecido por alguna autoridad financiera en ciertos espacios o mercados y el cual se respeta. El dinero fiduciario es, ante todo, el resultado de un pacto social.

  1. Dinero de mercancía:

En este caso sí hablamos de un dinero con valor en sí mismo o que al menos representa un valor establecido. No es una representación arbitraria de un valor, tal como sí sucede con el dinero fiduciario, sino que hay una equivalencia exacta entre lo que vale y lo que representa en un contexto determinado. Los ejemplos clásicos del dinero de mercancía son el oro y la plata.

  1. Dinero legal:

Más que un formato de dinero, se trata de una denominación que engloba todas aquellas monedas emitidas por una autoridad o ente facultado para ello, como por ejemplo los bancos centrales o las casas de la moneda de ciertos países. El dinero legal es aceptado por todos los miembros de una comunidad y, además, tiene el respaldo de dichas autoridades. Se considera dinero ilegal a todo aquel que carezca de dicho respaldo y no cumpla las pautas mínimas de fabricación, como es el caso de los billetes falsos.

  1. Dinero bancario:

Es originado por entidades bancarias, financieras o entes privados, casi siempre bajo una lógica interna y que busca representar los créditos contraídos por los clientes en momentos determinados.

  1. Dinero pagaré:

Hablamos en este caso de documentos impresos o textos que respaldan un valor que debe ser pagado al portador. Dichos documentos tampoco tienen valor en sí mismos (son solo papel y tinta) y su función es autorizar los pagos. El ejemplo más conocido son los talones o también llamados cheques.

  1. Dinero electrónico:

No podemos cerrar esta lista sin referirnos al dinero electrónico, aquel que no existe de forma física (en el papel moneda tradicional) pero que sirve para la realización de transacciones a través de redes como internet u otros medios de carácter electrónico. En los últimos años hemos apreciado un rápido auge de este tipo de dinero, que supone numerosas ventajas como el ahorro de tiempo, recursos y, sobre todo, la superación de barreras geográficas. También llamado dinero digital, sabemos que siempre está allí aunque no lo veamos ni esté en nuestros bolsillos. Lo llevamos en nuestras tarjetas de crédito.

 

Quizá habría que añadir un último comentario reseñando la reciente aparición de las criptomonedas, que a diferencia del dinero digital no son emitidas por ningún ente de regulación ni control sino que, por lo visto hasta ahora, se pueden comprar libremente. Sólo el futuro nos dirá cuál es su verdadero alcance e impacto.

 

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