Inversiones financieras, ¿cómo maximizarlas?

La inversión financiera se distingue de la inversión de bienes en que no tiene por qué referirse a la adquisición de objetos concretos o materiales. Son activos con los que cuentan las empresas, pero pueden expresarse en diversos términos. Las inversiones en bolsa son el mejor ejemplo de ello: no son tangibles, pero sí reales.

De hecho, una inversión financiera no tiene una función económica directa. Tiene, por el contrario, diversos canales para hacerse efectiva.

Digamos, para acabar de centrarnos, que son todos aquellos activos con los que cuenta una compañía, organización o grupo empresarial, más allá de su tipo o naturaleza, y que reportan algún beneficio, que puede ser económico o de otro orden.

 

Las inversiones: plazos y beneficios

Independientemente de si tu carrera profesional se desarrolla o no en el sector financiero, saber invertir es una habilidad que deben potenciar todos los directivos o gerentes de empresa, desde un alto cargo de una multinacional de prestigio hasta el emprendedor que abre por primera vez un negocio en su barrio.

Todas las empresas tienen inversiones financieras, bien sean de un tipo u otro. El tema pasa por aprovechar las distintas coyunturas y maximizar lo invertido. Antes de entrar en ello, echemos un repaso a los principales tipos de inversión:

1) A largo plazo: son aquellas de las que no se esperan beneficios inmediatos. Suelen estar ligadas a los procesos de expansión y, en muchos casos, constituyen el capital inicial de las empresas.

2) A medio plazo: están pensadas para que arrojen sus frutos en un futuro cercano. Tardan en materializarse menos que las inversiones a largo plazo, pero tampoco son inmediatas. El mejor ejemplo de este tipo de inversión es la compraventa de divisas extranjeras, al que casi siempre se recurre pensando en que el valor de las divisas cambiará.

3) A corto plazo: son aquellas inversiones que reportan beneficios inmediatos o en períodos cortos. Sin embargo, estos beneficios suelen ser menores que los de las inversiones a medio o a largo plazo, pues han contado con un tiempo de maduración más corto. Eso sí, ofrecen liquidez a las empresas.

 

Algunos consejos para potenciar las inversiones

Las inversiones dependen básicamente del negocio y sus necesidades, del área en la que éste opere y de las posibilidades que el contexto ofrezca.

Ahora bien, partamos de que cada empresa tiene unas inversiones más o menos fijas y acordes con su actividad. El asunto pasa, entonces, por identificar los medios para maximizar aquello con lo que ya se cuenta. Veamos algunas de las formas de inversión que reportan mayores beneficios:

  • Bonos: es una opción de inversión fija. Por lo general, se obtienen ganancias de forma rápida y el capital se puede retirar en cualquier momento. La adquisición de bonos de deuda es la modalidad más usual.
  • Acciones: es una de las opciones a largo plazo más empleadas. Se compra un cierto número de acciones de una empresa u organización y los beneficios que se obtengan los determinan las dinámicas de la Bolsa. Suponen un alto riesgo, pero los beneficios suelen ser altos.
  • Mercado monetario: consiste en poner capital a disposición de empresas que necesitan adquirir liquidez con rapidez. La inversión puede durar desde 1 día hasta los 18 meses. El beneficio está en el interés que dichas empresas pagan por el capital al que han accedido. También supone un alto riesgo.

 

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ERD Marzo 2016


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