Pon en práctica el coaching por valores para ser un directivo ejemplar
El coaching por valores es un nuevo concepto innovador, profundo y sistemático que se puede aplicar en todos los aspectos de nuestra vida y que permite alinear nuestros objetivos específicos. El coaching por valores combina retos y prioridades personales con las del mundo que nos rodea, ya que los valores son el elemento primordial de nuestro camino hacia el éxito en los negocios y por supuesto en nuestra vida.
Coaching por valores: ¿de dónde viene?
El padre de esta nueva corriente del coaching es Simon Dolan, doctor en Recursos Humanos y catedrático en Psicología del Trabajo. Dolan es de origen canadiense y cuenta con más de 30 años de experiencia académica y profesional. Ha escrito 55 libros sobre dirección, psicología del trabajo y coaching. Está considerado como uno de los pensadores del futuro y su actividad se centra en innovar en el mundo de la gestión.
Su última obra Coaching por valores, explica que “a través del autocoaching, o en conversación con un coach profesional, podemos mejorar la alineación de nuestros valores y objetivos, y alcanzar una vida con más significado y felicidad. Porque cuando nuestra visión de la realidad coincide con la realidad en sí, nuestras acciones producen constantemente los mejores resultados posibles”.
Dolan profundiza más en esta materia y acude a la etimología para explicar la axiología, o ciencia que estudia los valores. Así, recuerda que la raíz del término proviene del griego “axios” y que se traduce como “valioso, estimable o digno de honrarse”.
¿De dónde provienen los valores?
En muchas lenguas latinas, a la palabra valor (del latín valere) se le adscriben tres significados diferentes pero complementarios. Dolan los clasifica en tres ejes:
Económico-pragmático: desde esta perspectiva los valores son criterios que sirven para evaluar a las personas, objetos, ideas, sentimientos y hechos respecto a su mérito relativo, adecuación, escasez, precio o interés. Ejemplos son el valor de la confianza mutua, la creatividad en el trabajo o el valor que un proceso puede aportar a un producto.
Ético-Social: según este concepto, una persona puede optar por la calidad en el trabajo o en la vida por encima de su opuesto; por una preocupación sincera por las personas, tanto a nivel profesional como personal, en lugar del desdén o la indiferencia; por la honestidad frente al fraude o por la cooperación frente al individualismo. Nuestros valores verdaderos se van a manifestar más por nuestros actos que por las palabras.
Emocional-espiritual: es la noción de que lo que constituye la felicidad individual y la satisfacción varía de una persona a otra y de una cultura a otra. Los valores emocionales-espirituales tienen que ver con la satisfacción personal, representan la clase de pasión que motiva y sostiene a las personas que intentan hacer realidad un sueño y que va a permitir que rindan a su máximo potencial y alcanzarlo.
Dolan añade que “a partir de estas dimensiones, en el coaching por valores se plantea un modelo triaxial en el que los éstos pueden detectarse en cualquier universo (familiar, personal, organizativo, comunitario) independientemente de su naturaleza, misión o visión, y que, una vez identificados, pueden clasificarse a partir de los ejes anteriormente citados”. Otro pilar de este modelo es el presupuesto de que todos los valores personales y organizativos se sitúan en alguna de esos ejes.
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