¿Cómo medir la eficiencia técnica en una empresa?
Muchos emprendedores y directores de empresa creen que la eficiencia técnica y la eficiencia económica son dos términos que remiten a lo mismo. Sin embargo, aun cuando su relación es estrecha, ambos términos no son sinónimos.
La palabra «eficiencia» suele asociarse casi de inmediato con el aspecto económico de una empresa, negocio o proceso en general. La idea que predomina es que aquello a lo que llamamos «eficiente» es también rentable y productivo. O dicho de otro modo, que promueve beneficios económicos directos.
No obstante, la eficiencia es un término que tiene que ver sobre todo con los recursos que se despliegan para alcanzar un objetivo. Un proceso es más o menos eficiente si emplea las mejores herramientas para ello.
Por tanto, la eficiencia económica es un elemento que se relaciona con los costes de los factores que intervienen en un proceso. Siempre será más eficiente económicamente el proceso que obtenga los resultados trazados a un menor coste; cuanto más caro sea, menor será su grado de eficiencia.
Eficiencia técnica de una empresa
En cuanto a lo técnico, está claro que nos referimos a las herramientas, aparatos y otros recursos que se emplean en los procesos productivos. Es un término que suele estar muy ligado a lo tecnológico y sus avances.
La eficiencia técnica, entonces, es un elemento que se refiere a la capacidad de obtener mejores resultados en función de una serie de recursos técnicos. Todas las empresas se apoyan en una serie de recursos; el grado de eficiencia será mayor o menor en función de cómo se empleen.
Imaginemos, por ejemplo, dos fábricas de textiles que usan la misma tecnología para la producción de bufandas. Tienen, además, los mismos trabajadores. Sin embargo, una de ellas produce casi un tercio más de artículos cada fin de mes. Está claro que su nivel de eficiencia técnica es mayor que el de la otra fábrica.
No obstante, cabe señalar que la eficiencia técnica no es sólo una cualidad de los aparatos y los recursos tecnológicos. Es, sobre todo, una habilidad de quien los emplea y sabe sacarles el mayor provecho.
Métodos para medir la eficiencia técnica de una empresa
Existen dos métodos básicos para medir el grado de eficiencia técnica: la Productividad Parcial (PP) y la Productividad Total de los Factores (PTF):
- Productividad Parcial: este cálculo se obtiene tras relacionar la capacidad de producción de una empresa con un solo factor. La relación es bastante sencilla: la eficiencia será mayor si se producen más artículos o productos con la menor cantidad de insumos.
- Productividad Total de los Factores: en este caso, dos o más elementos son empleados en el proceso, con lo cual es necesario realizar una suma del grado de productividad de cada uno de ellos para saber si el proceso es eficiente o no. Lo ideal es que cada insumo o factor (fuerza productiva, número de trabajadores, maquinaria, etc.) aporte su capacidad productiva media.
Otras empresas son partidarias de los denominados métodos frontera, que son los que establecen determinado grado de productividad y lo comparan con el de otras empresas similares. A través del efecto reflejo, se puede saber si un proceso está siendo más o menos eficiente.
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