Cesión de datos y cookies: más riesgo, menor eficacia

La mayoría de los usuarios de Internet no están bien informados en lo que respecta a sus derechos en relación a la cesión de datos. Dejando a un lado a programadores, profesionales de la ley y usuarios realmente experimentados, la mayoría de personas que hacen búsquedas en alguno de los motores de la red simplemente aceptan la política de cookies para poder obtener rápidamente la información que solicitaron.

No saben qué son las cookies, cómo las usa la empresa detrás de la web que visitan ni cuántas cookies almacenan de ellos. A pesar del GDPR, lo cierto es que no parece que la cesión de datos se esté dando en la práctica en condiciones de seguridad ya que las políticas de cookies, pese a estar publicadas en lugares visibles, aparecer en forma de banners y mostrarse abiertamente al público web, no suelen ser leídas.

 

¿Qué son las cookies?

Las cookies son pequeños mensajes que los servidores web envían al navegador cuando se visita un sitio. El navegador almacenará esta información y la envía de vuelta al servidor cuando el usuario vuelve a visitarla.

Esto significa que toda la información sobre las acciones y el historial de navegación se retransmite al servidor para que la utilice un comercializador, facilitando orientar a los usuarios en las diferentes fases del ciclo de compra.

 

TEXT - TOFU - Estrategia Corporativa

 

Gracias a las cookies se puede descubrir, por ejemplo, si un usuario ha visto un anuncio demasiadas veces o si ha abandonado la web con productos en el carro de la compra sin abonar.

 

Cesión de datos, protección y GDPR

Si la UE realmente quiere proteger a los usuarios de Internet y si aún se quiere solicitar el consentimiento legítimo del visitante en las distintas páginas, quizás habría que plantearse una actualización del texto normativo.

El reglamento ha sido un intento eficaz de solucionar la desprotección de los ciudadanos en relación con los problemas que la cesión de datos involuntaria y sin consentimiento expreso producía. Desde la entrada en vigor del GDPR los sitios web necesitarán un consentimiento de cookies.

Pero, en la práctica, la situación no ha variado demasiado:

  • Han aparecido muros de cookies que impiden acceder al contenido del sitio web. Esto va en contra de lo dispuesto por la normativa que establece que los visitantes deberían poder acceder al contenido incluso si no aceptan cookies, algo que ignoran muchos de sitios web.
  • Ha surgido la figura de las «cookies esenciales». Muchos las aprovechan, marcando algunas cookies, que claramente no son esenciales, como «cookies esenciales» y perjudicando al derecho de protección de la información de los usuarios, que se ven obligados a la cesión de datos que les pertenecen.
  • No se ofrece la posibilidad de estar en desacuerdo abiertamente. Pese a que existe el botón de “de acuerdo”, el de «en desacuerdo», que debería deshabilitar todas las cookies no aparece como opción en ningún caso.
  • En ocasiones, el cuerpo del sitio web presenta un margen inferior a la barra de consentimiento de cookies, por lo que hay contenido que no puede leerse hasta que aceptan.

Para los usuarios y consumidores, las cookies no son fuente de beneficios, más allá de la personalización de la publicidad que reciben. Pero, ¿siguen interesando a las empresas?

 

¿Realmente benefician las cookies a las empresas?

Lo cierto es que la publicidad basada en cookies está en plena decadencia. Pese a que, cuando se aceptan las condiciones de cesión de datos, las cookies ayudan a las empresas a planear acciones de marketing más efectivas, ya no funcionan tan bien como lo hacían antes.

Con los avances en la tecnología y las plataformas cambiantes, la publicidad basada en cookies pierde efectividad debido a estas razones:

  • El uso móvil está creciendo.
  • La mayoría de los dispositivos móviles no permiten cookies.
  • Y la mayoría del tráfico del sitio web ahora proviene de dispositivos móviles. Más del 51%, en concreto. (BGR)
  • Los usuarios en dispositivos móviles pasan solo el 8% de su tiempo en un navegador. Lo que significa que están gastando el 92% de su tiempo usando aplicaciones móviles como Facebook, Twitter, juegos y música. (TechCrunch)

 

Y, dado que las cookies no funcionan en las aplicaciones móviles, realmente no son útiles para llegar a los usuarios. Poner la imagen de la empresa en peligro por cuestiones de cesión de datos podría no resultar conveniente en un momento en que la eficacia de las cookies se ha reducido a la mitad. ¿Hacia dónde avanzará esta tendencia?

 

Créditos fotográficos: faithiecannoise

 

POST - TOFU - Estrategia Corporativa


Entradas relacionadas

No hay comentarios

Todavía no hay ningún comentario en esta entrada.

Deja un comentario