Ventaja competitiva como meta de la innovación tecnológica. El sendero a seguir

Una de las primeras cuestiones que debe plantearse el emprendedor es la determinación de la ventaja competitiva de su proyecto. Es uno de los pilares de la Planificación Estratégica de cara a encontrar el valor añadido de la compañía. Esto es fundamental para diferenciarnos dentro de un mercado extremadamente competitivo.

Vivimos en un contexto de gran adversidad económica y por que no decirlo, cultural y política en lo que se refiere al emprendimiento. Los primeros pasos del emprendedor son casi una escalada vertical y encontrar la ventaja competitiva en dicha adversidad es casi imposible. Hemos dicho casi. Los expertos de prestigiosas escuelas de negocios han identificado cuatro áreas en las que es probable que el emprendedor atento encuentre una ventaja competitiva y camine con pie firme hacia el éxito.

• Los emprendedores deben ser capaces de redirigir recursos redundantes de cara a cubrir las nuevas necesidades que surgen en el mercado.
• Los emprendedores deben ser capaces de ir más allá de las reglas establecidas, romper las normas para cambiar el entorno y convertirlo en favorable a sus intereses.
• Los emprendedores deben ser capaces de encontrar la solución de los grandes problemas en los pequeños detalles.
• Los emprendedores deben ser enfocarse en el proceso de desarrollo y no sólo en el producto final.

La innovación, es y será siempre el principal catalizador en los procesos de búsqueda de la ventaja competitiva.

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Aprender a innovar debe estar en el ADN del emprendedor. Debe encontrar la forma de llevar a cabo dichos procesos e innovación de forma eficiente para, con una base tecnológica avanzada, ofrecer al mercado nuevos productos y servicios que cubran las necesidades del consumidor y destaquen por encima del resto de competidores.

La innovación no es una moda, no es una tendencia. La innovación es un proceso continuo y obligatorio que la empresa debe adoptar para crecer, mantenerse o sobrevivir en un contexto cada vez más competitivo. Dejar de innovar es firmar nuestra sentencia de muerte.

La innovación es la mejor estrategia empresarial para lograr la tan ansiada ventaja competitiva. Los procesos de innovación ha permitido a muchas empresas aumentar cuota de mercado y optimizar costes de producción, con el consiguiente aumento de beneficios.

El camino hacia la ventaja competitiva pasa por integrar dentro de la estrategia empresarial donde la innovación tengo un papel protagonista. La limitación de recursos dificulta la tarea pero son las empresas que destinan mayores recursos a innovación las que a medio largo plazo acaban por dar con la tecla del éxito. Por el contrario, aquellas empresas que no establecen estrategias con visión y perspectiva de futuro, y desdeñando la innovación, las que acabaran por fracasar tarde o temprano. Todo esto aún habiendo alcanzado el éxito momentáneo.

Estudios expertos definen las funciones básicas que todo proceso de innovación debe tener:

• Inventario. Establecimiento de las capacidades tecnológicas propias y grado de dominio.
• Vigilancia. Permanecer atento a los procesos de innovación tecnológica del entorno.
• Evaluación. Determinación del nivel de competitividad propio en base a las capacidades tecnológicas propias y de las detectadas
• Enriquecer. Aumentar los recursos tecnológicos propios
• Optimizar. Hacer un uso correcto y ajustado a las necesidades de los recursos.
• Proteger. Protección de la innovación conseguida y constante mejora y estudio para continuar el proceso.

Estrategia definida para dar los pasos correctos en cada tramo del camino, siempre con la innovación como vehículo y con la ventaja competitiva como meta. Con estas consignas, un proyecto original, atractivo y que encaje en las necesidades del consumidor, es difícil equivocarse. Con todo, es fundamental tener presente siempre la necesidad de continua evolución para seguir manteniendo la cabeza de carrera en el mercado.

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