¿Qué ventajas tiene el liderazgo autocrático?
El liderazgo autocrático, también conocido como liderazgo autoritario, es un estilo de liderazgo que se caracteriza por el control individual del líder sobre todas las decisiones y la poca aportación de los miembros del grupo. Los líderes autocráticos suelen tomar decisiones basadas en sus ideas y juicios y rara vez aceptan los consejos del resto, impulsando un control absoluto y autoritario sobre el grupo.
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¿Qué es un líder autocrático?
Algunas de las características principales del liderazgo autocrático incluyen:
- Poca o ninguna aportación de los miembros del grupo.
- El líder autocrático es quien toma la mayoría de decisiones.
- Los líderes de grupo dictan todos los métodos y procesos de trabajo.
- A los miembros del grupo rara vez se les confían tareas importantes.
- El trabajo tiende a ser muy estructurado y rígido.
- La creatividad y el pensamiento creativo tienden a desalentarse.
- Las reglas son importantes y suelen ser claramente delineadas y comunicadas
Pese a que, para muchos, el autocrático con su estilo dictatorial no resulta recomendable, puesto que puede ser contraproducente para la moral del equipo, puede ser beneficioso en algunos casos, como cuando las decisiones deben tomarse rápidamente sin consultar con un grupo grande de personas.
Algunos proyectos requieren un liderazgo fuerte para lograr que las tareas se realicen de manera rápida y eficiente. Cuando el líder es la persona más informada del grupo, el estilo autocrático puede conducir a decisiones rápidas y efectivas, aunque no hay que olvidar que tiene un lado negativo, que sale a la luz cuando se usa en exceso o se aplica a grupos o situaciones equivocadas.
¿Qué es autócrata?
Autócrata o autoritario es el líder que ejerce sus funciones siguiendo el estilo de liderazgo autocrático. Para muchos se trata de alguien que impone su voluntad a toda costa, una figura equiparable a la de un dictador, aunque, en la práctica, hay quienes defienden esta forma de llevar al grupo.
En concreto, el liderazgo autócrata puede ser útil en las siguientes situaciones:
- En grupos pequeños donde falta el liderazgo. Un líder fuerte que utiliza un estilo autocrático puede hacerse cargo del grupo, asignar tareas a diferentes miembros y establecer plazos sólidos para que los proyectos se terminen. Estos tipos de proyectos grupales tienden a funcionar mejor cuando a una persona se le asigna el rol de líder, puesto que, al establecer roles claros, asignar tareas y establecer plazos, es más probable que el grupo finalice el proyecto a tiempo y que todas las contribuciones sean equiparables y, por tanto, más justas.
- En situaciones de presión y entornos particularmente estresantes. En este tipo de casos, el liderazgo autocrático permite a los miembros del grupo enfocarse en realizar tareas específicas sin preocuparse por tomar decisiones complejas. Esto también permite que los miembros del grupo adquieran una gran habilidad para realizar ciertas tareas, lo que en última instancia es beneficioso para el éxito global.
- En trabajos repetitivos, como los de los entornos productivos. En estas situaciones, es esencial que cada persona tenga una tarea claramente asignada, un plazo y reglas a seguir. Los líderes autocráticos tienden a tener éxito en estos entornos porque aseguran que los proyectos terminen a tiempo y que los trabajadores sigan las reglas de seguridad para prevenir accidentes y lesiones.
- Momentos de crisis. Tanto si el origen de la situación es interno o externo, este tipo de escenarios suelen requerir de decisiones rápidas y de una alta capacidad de reacción. El liderazgo de tipo autocrático es más útil en estos casos. El democrático, por el contrario, suele insistir en deliberaciones y dilatar la toma de decisiones.
- Ambiente creativo. Aquellas empresas que trabajen a diario con creatividad e innovación encajan mejor en modelos de dirección democráticos. Sus integrantes hacen aportes, participan de los procesos y sienten que su voz cuenta. Por el contrario, un liderazgo autocrático no se detiene a valorar estas cuestiones. Su centro de mira son los resultados y el nivel de eficiencia de los trabajadores.
- Proyctos a corto plazo. Casi todos los proyectos a corto plazo están dirigidos por modelos autocráticos que centran la autoridad en una sola figura. Esto garantiza el cumplimiento de plazos y una mayor supervisión de los resultados parciales y finales. En cambio, un estilo de liderazgo autocrático es más útil en los proyectos a mediano o largo plazo, en donde no predominen los resultados sino el proceso en sí mismo.
Créditos fotográficos: fizkes
¿Qué es ser un líder autoritario?
El líder autoritario ejerce un estilo de liderazgo autocrático que se caracteriza por:
- Tomar decisiones sin consultar al grupo y dificultar que otros aporten ideas.
- Pasar por alto el conocimiento y la experiencia que los miembros del grupo podrían aportar a la situación.
- Limitar la contribución de los individuos al grupo, perjudicando a la moral del equipo en algunos casos.
Sin embargo, no existe una única forma de llevar a la práctica el estilo de liderazgo autocrático, de hecho, puede darse diferentes grados, incluyendo un comportamiento más benévolo donde, aunque sigue siendo el líder quien está a cargo de la toma de decisiones, con la estructura de poder construida alrededor de un modelo jerárquico convencional, se aprecia un poco más de confianza en los subordinados, con la motivación derivada de recompensas en lugar de castigo. Así, en lugar de hacer que los subordinados completen tareas por miedo a ser despedidos, por ejemplo, el líder usa recompensas positivas.
¿Cómo toma las decisiones un líder autocrático?
La figura del líder empresarial suele variar según el tipo de compañía, su organización interna, sus metas y el campo comercial en el que se desenvuelva.
No obstante, las diferencias entre los tipos de líderes también dependen de la actitud que la persona designada para tal función tenga hacia su equipo de trabajo. Es decir, de lo receptiva que sea a la hora de la toma de decisiones. Recordemos que el valor y la eficacia de un líder empresarial se miden, sobre todo, en su capacidad de gestión y de respuesta ante distintos retos.
En la práctica, este criterio ha dado lugar a un amplio abanico de líderes empresariales, con mayor o menor apertura hacia terceros, entre los que destacan el natural, el participativo, el carismático, el burocrático y el autocrático.
Uno de los modelos más conocidos es el del líder autocrático. Pese a que centra la toma de decisiones en una sola persona, es un tipo de liderazgo que sigue siendo empleado por numerosas compañías de diversos sectores. ¿Dónde está, entonces, su secreto? ¿Qué aportes realiza a la buena gestión de una compañía?
La palabra autocracia proviene del griego «autos» (hecho por uno mismo) y «kratos» (gobierno, poder, fuerza), algo que, traído al campo empresarial, significa la toma de decisiones por parte de una sola persona o figura.
La experiencia ha demostrado que los líderes autocráticos comparten una serie de elementos en su personalidad y su carácter: son dominantes, exigentes, restrictivos, desconfiados y con una alta capacidad de control de las situaciones. Veamos algunas características de este modelo de liderazgo:
- El líder no permite la participación o discusión al interior del grupo. En caso de que así sea, el grado de intervención de los otros miembros será mínimo.
- El líder no delega responsabilidades. Él es el único responsable de la situación.
- El líder es dueño de la información, la cual no circula entre los miembros del equipo de trabajo. Por lo tanto, las decisiones serán tarea exclusiva del líder.
- El líder tiene pleno control del proceso. Puede cambiar los miembros de su equipo de trabajo si así lo desea y sin la aprobación de un comité. La autoridad recae únicamente en su figura.
¿Qué puede aportar un líder autocrático a una empresa?
La rigidez y la escasa participación de otros miembros del equipo de trabajo son algunos de los aspectos más criticados del modelo autocrático. De hecho, a partir de ahí se han diseñado nuevas estrategias de liderazgo basadas en la apertura, la vinculación de terceros y la motivación de grupos de trabajo.
Está claro que un uso exagerado de este modelo puede acabar generando miedo y frustración entre los empleados, todo ello dentro de un clima laboral poco propicio para el buen funcionamiento de una compañía.
Sin embargo, el liderazgo autocrático sigue estando vigente porque aporta elementos de gestión necesarios en determinados casos: firmeza, decisión, eficacia y, sobre todo, una búsqueda inmediata de soluciones ante cualquier tipo de reto. Algunas de las principales ventajas del modelo autocrático son:
- Es eficiente, sobre todo en procesos a corto plazo en los que los resultados son decisivos o hay poco margen de error.
- Ofrece soluciones rápidas y efectivas en momentos excepcionales. En estos casos, la apertura de opinión a terceros podría dilatar infructuosamente el proceso.
- Aumenta la supervisión sobre los trabajadores, lo que provoca una respuesta inmediata de éstos y, en la mayoría de los casos, una mejora en su rendimiento.
- El proceso está plenamente controlado.
- Al estar la gestión en manos de una sola persona, las tareas del proceso se simplifican. No hay lugar a la diversidad de conceptos.
¿Qué es el liderazgo laissez faire?
El liderazgo de laissez-faire, también conocido como liderazgo delegativo, es un tipo de estilo de liderazgo en el que los líderes permiten que los miembros del grupo tomen las decisiones.
Sin embargo, pese a que supera las principales limitaciones del liderazgo autocrático, este enfoque suele conducir a cotas de productividad por debajo de otros planteamientos.
Liderazgo autocrático vs liderazgo democrático
Existen dos modelos clásicos de liderazgo de los cuales se deriva la gran mayoría de los que ahora conocemos. Se trata del liderazgo autocrático y el liderazgo democrático, que son, en cierta forma, las dos caras de una moneda.
Antes de entrar a valorar cuál de los dos estilos es mejor en determinadas situaciones, repasemos las principales características de cada modelo:
a. Liderazgo democrático:
- Las decisiones son debatidas por el grupo y se toman de común acuerdo.
- El líder actúa como motivador y mediador.
- Tanto los colaboradores como el líder forman una unidad.
- Todas las voces son escuchadas con independencia de los cargos.
b. Liderazgo autocrático:
- El líder toma las decisiones sin la participación de las personas a su cargo.
- Incluso, puede que les escuche, pero él tiene la última palabra.
- Los colaboradores se limitan a obedecer órdenes y a realizar sus funciones.
- La unidad pasa a un segundo plano; importan los resultados.
¿Qué tipo de liderazgo conviene aplicar en mi empresa?
Ésta sigue siendo la gran pregunta tanto de emprendedores como de altos directivos. Y no es para menos, pues de esta decisión dependen, en buena medida, el desempeño de las personas y el nivel de productividad de cada empresa.
Sin embargo, a veces no consiste en elegir uno u otro modelo. De hecho, la experiencia demuestra que los dos pueden convivir o alternarse según las situaciones o los retos a los que se enfrenten los directivos. Por eso, hay tantos estilos de liderazgo como empresas. De hecho, podríamos afirmar que cada empresa desarrolla un estilo propio basado en sus necesidades y en los retos que día a día suponen las labores de dirección.
Cuando se habla de liderazgo, uno de los puntos que suscita mayor debate es el nivel de participación de los trabajadores en las decisiones comunes. Es un buen baremo para determinar la forma en que las empresas funcionan internamente y, sobre todo, saber cómo se relacionan sus directivos o altos cargos con el resto de integrantes.
Si quieres empezar a aplicar el liderazgo transformacional, te enseñamos cómo en nuestra guía: ¿Qué es el liderazgo transformacional y cómo desarrollarlo dentro de tu empresa?
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