Gestión del tiempo: prácticas útiles
Nunca antes como ahora fue tan importante aprovechar el tiempo del que disponemos. La agilidad y la velocidad con la que fluyen nuestras actividades diarias nos obligan a una mejor gestión de los horarios para obtener buenos resultados en cualquier tarea o proyecto que nos tracemos de antemano.
De hecho, no se conocen ejemplos de personas que, haciendo una mala gestión de su tiempo, obtengan buenos resultados. Es necesario un mínimo de disciplina, orden y planificación para que las cosas salgan dentro de lo previsto.
Mala gestión del tiempo. ¿A qué nos enfrentamos?
Los bajos niveles de productividad y rendimiento son dos de los problemas más usuales que se derivan de una mala gestión del tiempo. Nadie rinde satisfactoriamente si antes no marca ciertos límites en su agenda o calendario; las fechas y los horarios son referencias que conviene tener presentes.
También la procrastinación es un serio problema para la eficacia de nuestras tareas. En la mayoría de los casos, si las aplazamos es porque no hemos dedicado el tiempo suficiente o porque lo hemos gestionado mal.
Ahora bien, si vamos un poco más lejos, descubrimos que la principal consecuencia de no planificar nuestras jornadas es la pérdida del rumbo de nuestros proyectos. De poco sirve tener una buena idea si no la sabemos desarrollar dentro de unos plazos coherentes y realistas. Seguro que conoces casos de proyectos bien panificados pero que, a la vez, incurren en serios fallos de ejecución.
Soluciones cotidianas para aprovechar el tiempo
Dejemos de lado los problemas y vayamos, más bien, a las soluciones. O mejor dicho, mencionemos algunas prácticas que nos pueden ayudar a aprovechar mejor el tiempo del que disponemos a diario, sea cual sea nuestro objetivo. Veamos:
1) Anticípate a las cosas:
Eres quien mejor conoce tus tareas y obligaciones. Pues bien, actúa en consecuencia. Aprende a leer los plazos de cada actividad y trata de ir un paso por delante; aunque nunca se puede tener el control absoluto de las situaciones, te darás cuenta de que tus esfuerzos irán mejor enfocados y obtendrás mejores resultados.
2) Cuida de todas las esferas de tu vida diaria.
No sólo se trata de gestionar el tiempo que pasas en la oficina. También el que dedicas a tu familia, a tus amigos, al ocio, al deporte, entre otras prácticas. La vida está hecha de todas esas cosas; gestiónalas sin que ninguna reemplace a las otras.
3) Márcate metas.
Las metas son cosas a las que apuntamos. Sin esos referentes, es más difícil establecer límites de tiempo para llevar a cabo nuestras tareas. En cambio, cuando si los tenemos, nos asalta la sensación de que todo va encajando poco a poco.
4) Trabaja con intensidad.
Eso sí, cuando te dediques a algo, no lo hagas a media marcha. Entrégate a fondo y da tu mejor esfuerzo. De lo contrario, estarás perdiendo el tiempo.
5) Desarrolla hábitos.
La mejor forma de gestionar bien nuestro tiempo es adoptando hábitos eficaces. Dichos hábitos marcan en gran medida los resultados de cualquier cosa que hagamos. La idea es que se vuelvan parte de tu rutina y parte de ti.
6) Respeta tu ritmo personal. O sea, conócete a ti mismo y ten claro hasta dónde puedes llegar. ¿Te ha pasado algunas vez que, con más optimismo del debido, planificas más tareas de las que eres capaz de llevar? Sí, también el exceso de tareas es una forma de hacer una mala gestión del tiempo.
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