Cotización de euro a dólar: factores a considerar

La labor de cotización no siempre se realiza en una sola moneda, sobre todo si el círculo de acción de una empresa sobrepasa los límites nacionales, regionales o continentales. El mejor ejemplo de ello es la cotización euro-dólar, que constituye uno de los más importantes dado el impacto y la repercusión de estas dos monedas.

Pese a la consolidación del euro y la reciente influencia de otras divisas como el dólar australiano, el dólar canadiense, el real brasileño, el rublo ruso o el yuan chino —sobre este último se han elaborado muchas proyecciones ante el crecimiento de la economía china a nivel global—, el dólar estadounidense sigue siendo una moneda esencial de cara a los negocios internacionales, no importa si están orientados directamente hacia Estados Unidos o hacia otras latitudes y continentes. Su presencia es global y en la gran mayoría de los destinos figura como primera referencia.

Por ello, la labor de cotización euro-dólar es más que una operación de rutina en los departamentos contables de las empresas. Hay que tener siempre como referencia una serie de elementos como el valor cambiario, el comportamiento de ambas monedas, la evolución de las dos divisas en plazos recientes y, por supuesto, su comportamiento.

 

¿Por qué es importante la cotización euro-dólar?

Hasta hace poco más de dos décadas, las empresas oriundas de Europa o que tenían instaladas sus sedes en nuestro continente estaban exentas de realizar las operaciones en lo que ahora se denomina la relación euro-dólar.

La razón de ello es más que evidente: aún no existía el euro como divisa común, con lo cual cada país europeo trabajaba con una equivalencia específica frente a la siempre poderosa divisa de Estados Unidos. El franco, el marco alemán, la peseta, el escudo portugués o la lira italiana realizaban todas sus transacciones en dólares por su cuenta.

 

 

Sin embargo, a inicios del siglo XXI todo cambió. Las principales potencias europeas (salvo Reino Unido, que prefirió conservar la libra esterlina como moneda oficial), se inscribieron en el club de la Moneda Común, es decir, adoptaron el naciente euro como parte de la integración continental iniciada décadas atrás.

Este movimiento trajo como resultado la unificación de los países europeos en un solo bloque económico que, sin duda alguna, desde ese momento sirvió de contrapeso a la influencia del dólar estadounidense. A partir del año 2001, fecha en que el euro entró en vigor de forma oficial, todo lo que le sucediera a dicha moneda afectaría de forma directa o indirecta al conjunto de sus miembros.

Actualmente, el bloque del euro y el bloque del dólar siguen siendo los principales en la escena mundial y por ello resulta inevitable adquirir conocimientos básicos de lo que suponen las transacciones y movimientos entre ambas divisas.

 

Claves para una eficaz cotización euro-dólar

Una buena parte de las empresas actuales no facturan en una sola moneda. Lo hacen en varias (dependiendo del mercado al que se dirijan y de las divisas y actores que circulen en dicho mercado) para facilitar su acción en determinados destinos.

Otras, aunque facturen y coticen en una sola divisa, tienen sin embargo que contar con la referencia de otras monedas que influyen de forma directa o indirecta en el mercado donde operan, pues de esta forma tendrán una comprensión más amplia del escenario comercial en el que aspiran a realizar transacciones.

Si eres la cabeza de alguna de ellas y estás a cargo de su gestión financiera o contable, la principal referencia que debes tener presente es la cotización euro-dólar, sin duda la más recurrente e importante en el momento de dirigirte a clientes en otros destinos en los que el euro no sea su divisa de cambio. Veamos algunas claves en ese sentido:

• Valor de cambio:

La definición técnica habla de este concepto como la proporción que existe entre una moneda y otra. O dicho de otra manera, determina cuántas unidades de una moneda son necesarias para obtener una unidad de otra con la que se le compara. En este tipo de relación casi siempre existe una moneda dominante y otra de menor valor. Un ejemplo concreto lo vemos en la cotización euro-dólar, cuya tasa de cambio es de 1,12 aproximadamente. Esta tasa se establece según el movimiento del mercado de divisas, es decir, la oferta y la demanda. La depreciación ocurre cuando una de las dos monedas pierde valor con respecto a la otra.

• Tipo de cambio fijo:

Contrario al ejemplo anterior, este tipo de cambio no se establece en función de los movimientos del libre mercado. Son las autoridades económicas y monetarias de los países las que asumen el rol de fijar una tasa de cambio que no comprometa la sostenibilidad del sistema financiero. En algunos casos, como en el de Bulgaria, la tasa de cambio fijo obliga a los bancos centrales a limitar la emisión de moneda en función de las reservas disponibles. A través de este valor se busca un equilibrio monetario y evitar las variaciones a corto plazo.

• Plazo de liquidación:

En la cotización euro-dólar también es importante conocer los plazos en los que se hacen efectivas las liquidaciones de las operaciones y movimientos. En el mercado actual se distinguen dos tipos de plazos: el de cambio spot y el de cambio futuro. El primero señala el cambio corriente que tiene lugar en transacciones realizadas al contado; el segundo, en cambio, hace referencia al precio de una divisa en tiempo presente, pero cuyas operaciones, transacciones y movimientos tendrán lugar en el futuro, por ejemplo en plazos de un mes, dos meses o hasta seis. Como es obvio, los valores de cambio nunca son exactamente los mismos y pueden variar de un día al otro. De ahí la importancia de conocer estos plazos.

 

Como ves, la labor de cotización euro-dólar no se reduce a consultar los valores de cambio entre las dos monedas en un momento puntual. En ella intervienen muchos más factores que vale a pena analizar para lograr buen desempeño en los mercados.