Curso de inteligencia emocional: beneficios y logros
Un curso de inteligencia emocional resulta cada vez más necesario para el éxito de los líderes del futuro. En un entorno laboral cada vez más digital desarrollar este tipo de capacidades es una forma de impulsar la carrera profesional, como confirma el sexto lugar que la inteligencia emocional obtuvo en la lista del Foro Económico Mundial de las 10 habilidades principales que los empleados deberán poseer para prosperar en el lugar de trabajo del futuro.
Pero, ¿para qué sirve un curso de inteligencia emocional? ¿Cómo puede afectar al progreso en el trabajo y a la capacidad para interactuar con equipos y compañeros? ¿Qué impacto puede tener en el bienestar físico y mental del líder?
¿Qué es la inteligencia emocional?
En términos generales, inteligencia emocional es la capacidad de un individuo para percibir, comprender y gestionar sus sentimientos y emociones. El psicólogo Daniel Goleman, un referente en la materia, cuyos estudios se incluyen en cualquier curso de inteligencia emocional, dice que esta tiene cinco componentes principales:
- Conciencia de uno mismo: es la capacidad de reconocer y comprender los propios estados de ánimo y emociones, y cómo afectan a los demás.
- Autorregulación: la capacidad de controlar los impulsos y estados de ánimo y de pensar antes de actuar.
- Motivación intrínseca: es la capacidad para sentirse impulsado a perseguir objetivos por razones personales, en lugar de por algún tipo de recompensa.
- Empatía: la capacidad de reconocer y comprender las motivaciones de los demás, que resulta esencial para construir y liderar equipos con éxito.
- Habilidades sociales: es la capacidad de gestionar relaciones y construir redes.
Los trabajadores emocionalmente inteligentes llegan lejos en sus carreras al tener la habilidad de enviar el mensaje más adecuado en el momento oportuno y el tono correcto, tomar el control de su propia vida, responsabilizarse de sus acciones y sacar lo mejor de sí mismos y los demás.
Career Builder:
- El 71% de los responsables de contratación encuestados aseguran valorar la inteligencia emocional de un empleado por encima de su coeficiente intelectual.
- El 75% afirman que serían más propensos a promover a un empleado con alta inteligencia emocional.
- Un 59% explican que no contrataría a un candidato con un coeficiente intelectual alto si su coeficiente emocional fuera bajo.
Los empleadores también pueden usar el coeficiente emocional como parte de su evaluación para descubrir qué empleados tienen potencial de liderazgo. Tal y como se publica en Forbes, Travis Bradberry, autor de Inteligencia emocional 2.0, dijo que
- De todas las personas que han sido estudiadas en el trabajo, el 90% de los que se caracterizaban por un rendimiento más elevado también tenían una alta inteligencia emocional.
- Solo el 20% de los que presentaban bajos niveles de rendimiento contaban con un coeficiente emocional alto.
¿Qué se consigue con un curso de inteligencia emocional?
Las personas con un coeficiente emocional alto se motivan mejor a sí mismas y, tal y como se aprende en un curso de inteligencia emocional, esto conduce a otros beneficios complementarios, como:
- Una mayor capacidad para autorregularse.
- Menos posibilidades de caer en la procrastinación.
- Desarrollo de una mayor autoconfianza.
- Más facilidad para mantener el foco en una cuestión.
- Mayor probabilidad de alcanzar objetivos a largo plazo que quienes tienen un coeficiente emocional bajo.
Si bien los líderes y gerentes con un mayor coeficiente emocional pueden ayudar a los equipos a colaborar de manera más efectiva e identificar los impulsores específicos que motivan a los empleados individuales, los equipos también pueden desarrollar una inteligencia emocional propia. De hecho, su capacidad para lograrlo es un factor importante para determinar el rendimiento general de una organización.
Como se publicaba en Harvard Business Review: «la investigación muestra que, al igual que los individuos, los equipos más efectivos son los emocionalmente inteligentes. Cualquier equipo puede alcanzar la inteligencia emocional (…) Trabajando para establecer normas para la conciencia emocional y la regulación en todos los niveles de interacción, los equipos pueden construir la base sólida de confianza, identidad de grupo y eficacia que necesitan para una verdadera cooperación y colaboración, y un alto rendimiento en general «.
El conjunto de habilidades que una organización requiere para satisfacer sus necesidades está arraigado en los comportamientos emocionales y sociales de las personas que las componen, y, por eso, a medida que crece una cultura de inteligencia emocional en una empresa:
- Los niveles de absentismo laboral disminuyen. La inteligencia emocional también puede ser un factor en la salud física. Dado el impacto del estrés en, entre otros factores, nuestra capacidad para dormir, hacer ejercicio y tomar decisiones saludables, es lógico pensar que ser más capaces de enfrentar las tensiones de la vida diaria puede tener un impacto positivo en nuestra salud física. Gozar de mejor salud previene las bajas por enfermedad y el absentismo, que tantas pérdidas ocasiona a las empresas cada año.
- Los niveles de compromiso aumentan. El coeficiente emocional puede tener un gran impacto en el bienestar mental. Las personas con un alto nivel de inteligencia emocional suelen tener una perspectiva más feliz de la vida y una actitud más positiva que aquellos con un coeficiente más bajo. También son mejores en la identificación y empatía con los puntos de vista de otras personas, un rasgo esencial para prevenir y resolver conflictos en el trabajo. Con una mejor comprensión de nuestras emociones, podemos comunicar nuestros sentimientos de una manera más positiva. También podemos entender y relacionarnos con nuestros colegas, lo que puede conducir a mejores relaciones de trabajo y, en definitiva, a un compromiso más sólido con la organización.
Un curso de inteligencia emocional ayuda a la gerencia a nutrirse de mejores líderes y a los equipos a conseguir que las personas que los forman estén muy comprometidas, puedan adaptarse rápidamente a los cambios internos y externos, y generar nuevas ideas.
Créditos fotográficos: TanyaJoy
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