Control interno: algunas pautas para aplicarlo
Vamos a empezar por lo esencial: el control interno de una organización es sinónimo de buena gestión, productividad, asertividad, compromiso, monitorización, interacción e implementación de soluciones en el momento justo.
Piensa un momento en un barco que de un día para otro deja de ser maniobrado por la persona responsable. ¿Qué crees que pasará? ¿Cómo crees que terminará la historia? ¿Como la del Titanic, quizá?
Eso mismo es lo que ocurriría si de un momento a otro dejásemos de llevar el control de nuestra empresa o negocio. ¿Te lo imaginas? El control interno es una labor que no acaba nunca y que, por ello, requiere de gran atención. Es la gestión en sí misma y tiene que ver con absolutamente todo: desde la comunicación informal hasta las grandes negociaciones que se llevan a cabo.
Control interno: características y consideraciones
Al ser un elemento tan importante, el control interno de una empresa tiene que ser ejercido directamente por los altos directivos o gerentes, en quienes se ha depositado la confianza de una buena gestión y administración.
Esto no quiere decir que el resto de integrantes se desentiendan de ello. Cada uno, desde su alcance y grado de influencia, debe contribuir a que el engranaje de la empresa no presente fallos. El control interno se caracteriza por elementos como:
- Es un sistema integral y transversal. Es decir, incluye labores contables, financieras, administrativas, de planificación y diseño, información operacional, comunicación interna y, por supuesto, Recursos Humanos.
- La aplicación del sistema corresponde a la máxima autoridad. Ésta, a su vez, debe decidir el grado de control que delegará en los cargos intermedios.
- Por lo general, el control interno se establece según el modelo jerárquico de cada organización. La claridad en el liderazgo y en la autoridad facilitan su aplicación en toda la estructura.
- Requiere una minuciosa información de entradas y salidas. No sólo en lo que tiene que ver con la caja, sino también con los bienes materiales e inmateriales y con el factor humano del que disponga una empresa.
¿Cómo promover un control interno eficaz en mi negocio?
No es lo mismo llevar el control interno de una planta de producción textil con más de 500 trabajadores y dividida en 15 secciones, que el de una frutería de barrio. En cada caso las necesidades son distintas y, por ende, también los recursos.
Ahora bien, tanto si hablamos de un control a gran escala como de otro a nivel micro, lo importante es aplicar algunas acciones desde la dirección:
- Proteger los recursos de la empresa: humanos, tecnológicos, económicos, conceptuales, simbólicos, etc.
- Desarrollar acciones para evitar el fraude y la negligencia.
- Promover la gestión de calidad como principio corporativo.
- Insistir en la eficiencia de la gestión de recursos.
- Evaluar a la seguridad de la organización.
- Proteger la información que forme parte del patrimonio corporativo.
- Desarrollar una estrategia de prevención de riesgos.
- Asegurarse de que el sistema de control interno tenga sus propios elementos de monitorización, evaluación y verificación.
- Implementar las soluciones adecuadas en cada caso.
- Elaborar planes de desarrollo organizacional aptos.
Como último elemento, es preciso apuntar que el mejor sistema de control interno que se conoce hasta el momento es aquel que mantiene un equilibrio entre los factores humano y tecnológico y, sobre todo, no se convierte en obstáculo en el momento de interactuar con los clientes o consumidores.
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1 comentario
Sharon Alvarado
14 agosto, 2018 19:33
Hola! excelente articulo, resolvió muchas de mis dudas.
Podrían recomendarme alguna pagina en donde pueda ver el perfil de una persona apta para poder apoyar en el departamento de control interno?