Claves para comprender el crowdsourcing

Las tecnologías y las herramientas digitales han promovido nuevas maneras de crear lazos para financiar proyectos. Lo que hasta hace relativamente poco tiempo se hacía en despachos o por medio de entidades bancarias, ahora transcurre de forma fluida a través de herramientas digitales de gran alcance.

Ya conocíamos el crowdfunding, una modalidad de financiación en la que personas de cualquier parte del mundo podían contribuir a proyectos expuestos en redes sociales o  plataformas digitales. A cambio, los autores de estas iniciativas, casi siempre de orden social, ofrecían una compensación no necesariamente monetaria.

Esta vía ha ido ganando fuerza en los últimos años. El objetivo fundamental es dirigirse a la mayor cantidad de usuarios para suplir, de alguna manera, las barreras que tienen las formas tradicionales de financiación.

 

Crowdsourcing: ¿de qué estamos hablando?

En esa misma línea, recientemente ha empezado a hablarse del crowdsourcing, una herramienta que sirve para pedir la opinión de usuarios, a través de redes sociales y plataformas, sobre un tema o proyecto en concreto.

El autor lanza la convocatoria en un medio al que tengan acceso los usuarios a los que quiere consultar. Éstos, a su vez, responden a la solicitud. La consulta puede plantearse como un reto, la solución conjunta de un problema o incluso como una competencia de la que se escogen las mejores respuestas.

Los impulsores de la iniciativa eligen las mejores soluciones y suelen recompensar a los usuarios que las han realizado, ya sea en términos económicos, materiales o con la cobertura de alguna necesidad. Se estima que cada año se entregan recompensas por valor de 2.000 millones de dólares en el mundo a través de esta vía.

El crowdsourcing se ha hecho especialmente útil en aquellos casos de lanzamientos de discos, películas, videojuegos, diseño de libros o carteles y hasta para elegir el nombre de proyectos y de start-ups.

 

Algunos ejemplos de crowdsourcing en el mundo

Cada vez son más los ejemplos de crowdsourcing. Las empresas que recurren a esta herramienta buscan no sólo el fomento de ideas y opiniones con respecto a un tema en concreto, sino además el acercamiento de la marca a los usuarios. Este gesto suele ser bien valorado por los consumidores y el público en general.

Por supuesto, cada empresa realiza una estrategia de marketing para hacer efectiva la convocatoria, la cual debe ser lo suficientemente atractiva como para llamar la atención de las personas. Repasemos algunos ejemplos reconocidos:

  • Cerveza Patagonia: esta cervecería, de origen argentino, convocó al grueso de sus consumidores para que opinaran sobre tres sabores de su próxima cerveza artesanal: Rosé, Golden Ale y Robust Porter.
  • Fiat Mío: una de las fábricas de coches más reconocidas a nivel mundial ofrece la posibilidad de que sus clientes participen y opinen en el proceso de diseño del Fiat Mío, uno de sus modelos más emblemáticos.
  • Wikipedia: es el caso de crowdsourcing más popular en la actualidad. La gran enciclopedia virtual está abierta a la recepción de textos sobre cualquier tema de relevancia internacional. Los autores deben seguir una serie de pautas para su publicación. A cambio, el texto se cuelga en la web y se convierte en elemento de consulta para usuarios del mundo entero.
  • Starbucks: en su página web, la tienda de café más famosa del mundo ofrece a sus clientes la opción My Starbucks Idea, una especie de buzón de sugerencias virtual sobre cualquier tema relacionado con sus productos.

 

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