¿Aún no sabes cómo crear tu estrategia comercial?
Hay una evidente relación entre los mapas de viaje y las estrategias comerciales: los dos son elementos que sirven para marcar hojas de ruta, caminos, senderos por los cuales transitar hacia la consecución de objetivos específicos.
En el caso de las estrategias comerciales, se trata del plan que sienta las bases para la entrada en vigor de un producto o el lanzamiento de una marca.
Este documento incluye todos los elementos y temas prioritarios del negocio., desde la misión, la visión y los valores corporativos que dan identidad a la organización hasta los objetivos a corto, mediano y largo plazo.
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Existen tantos modelos de estrategias comerciales como empresas. Sin embargo, uno de los más aplicados por compañías de todo el mundo es el de las 5 P, que se ha ido posicionando gracias a las nuevas tecnologías e Internet.
De acuerdo a este modelo, cada empresa debe empezar por definir cinco elementos del marketing clásico y adaptarlo a sus necesidades. Veamos cuáles son:
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1) Producto:
En marketing, un producto no existe hasta el momento en que cubre una necesidad. No vale de nada producirlo si su función es nula. De ahí que cada empresa deba definirlo de la manera más precisa posible. En esta descripción pueden ser tenidos en cuenta algunos factores como los siguientes:
- Núcleo: propiedades físicas y técnicas.
- Diseño: cómo está hecho.
- Calidad: valoración de los elementos que lo componen.
- Marca: identificaciones gráficas.
2) Precio:
Por lo general, los precios de los productos no los establecen las empresas. El mercado es el que se encarga de valorarlo en términos monetarios. De hecho, ese valor siempre es consecuente con lo que los consumidores están dispuestos a pagar por el artículo en cuestión. El producto no puede ser infravalorado ni sobrevalorado.
3) Publicidad:
La publicidad, en cualquiera de sus múltiples expresiones (panfletos, anuncios, avisos en radio o televisión, redes sociales, sitios web, etc.) es la vía más recurrente a la hora de dar a conocer un producto. Toda publicidad tiene tres grandes objetivos:
- Hablar de las características del producto.
- Aumentar las ventas.
- Posicionar la marca entre los consumidores.
Sea como sea, lo cierto es que la publicidad debe cumplir con una condición: llamar la atención. Y es preciso que lo haga a través de canales acordes con la naturaleza tanto de la empresa como del producto en sí mismo.
4) Plaza:
La plaza se refiere a los canales que la empresa utiliza para que el producto llegue hasta el consumidor. A veces suele coincidir con un espacio físico; a veces, no. Entre los más destacados se encuentran los siguientes: la tienda propia, un punto de venta a través de intermediario, vendedores independientes, agencias, Internet, entre otros.
5) Post-venta:
El proceso de venta no acaba con la adquisición de un producto. Las empresas deben seguir al tanto una vez el cliente lo ha consumido y deben desplegar medios para saber los pormenores de la experiencia. Al mismo tiempo, es fundamental que atiendan las quejas a las que haya lugar y, a la vez, ofrezca servicios de orden complementario como reparaciones, instalaciones o mantenimiento.
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