Optimizar recursos con innovación y capacitación

Optimizar recursos es fundamental para la eficacia de cualquier proceso. Saber lo que tenemos a mano, en qué cantidades y proporciones, durante qué plazos y cuándo y cómo se emplea es sin duda una de las claves de la buena gestión.

Sin embargo, a veces no resulta una tarea sencilla. Muchos procesos son especialmente complejos, tanto por su tamaño como por la naturaleza de sus tareas, y es necesario que despleguemos estrategias para ello.

 

 

 

Optimizar recursos: dos estrategias a largo plazo

Cuando hablamos de optimizar los recursos de un proceso, lo ideal es hacerlo con la implementación de estrategias a largo plazo, es decir, antes de la ejecución de las tareas que los componen, pues hacerlo de forma simultánea reduce nuestra capacidad de respuesta y puede suponer un aumento significativo de los costes.

En ese sentido, existen dos elementos fundamentales para el buen manejo y la gestión de los recursos disponibles: la innovación y la capacitación de los trabajadores. Veamos de qué manera nos ayudan para alcanzar este objetivo:

a) Capacitación de los trabajadores:

Si aspiramos a un buen manejo de los recursos para la consecución de los objetivos, la capacitación de nuestros trabajadores es fundamental.

El día a día está lleno de ejemplos de empresas que han emprendido proyectos de gran envergadura pero con un personal poco cualificado. Es decir, sus destrezas y talentos no están a la altura de los retos que el proceso supone.

Además de ser una obligación legal, invertir en la capacitación de nuestros trabajadores es un compromiso que asumimos y es la mejor manera de garantizar que los procesos tendrán la calidad y la eficacia deseadas.

En cuanto a la optimización de recursos, la capacitación del personal nos puede ayudar de distintas maneras. Repasemos algunas de ellas:

    • Aumenta la rentabilidad del proceso. Con colaboradores bien preparados no habrá duda de que los recursos se emplearán de forma oportuna y que el proceso en su conjunto será más rentable hasta sus etapas finales.
    • Mejora el desempeño de quienes están involucrados en el proceso, a la vez que contribuye a un mejor conocimiento de los cargos.
    • Facilita la comprensión de políticas de la empresa. Cuando se forma a los trabajadores en ciertos valores y principios, éstos harán todo lo que esté a su alcance para ponerlos en práctica y desarrollar una labor eficaz, lo cual supone un aprovechamiento de los recursos y las herramientas que tengan a mano.

b) Innovación:

Innovar no es sólo sacar a la luz ideas nuevas, sino también darle un uso más eficaz a lo que ya tenemos, como por ejemplo los recursos disponibles en un proceso. Si trata de optimizar dichos recursos, la innovación tiene ventajas como:

    • Dinamiza los procesos internos en las empresas. Si una actividad no es del todo eficaz, la innovación nos ayuda a replantearla y a buscar nuevas maneras de ejecutarla. Esto sucede, por ejemplo, con la actualización de maquinaria o equipos técnicos que no arrojan los resultados esperados.
    • Nos impulsa a hacer más con menos, uno de los principios fundamentales de la innovación. Y esto, aplicado a los recursos de un proceso, contribuye a la reducción de costes y a una mayor rentabilidad.

 

Ya lo sabes: la innovación y la capacitación de tus colaboradores son dos formas para optimizar los recursos de un proceso. Invierte en estos factores y a medio y largo plazo verás los resultados. ¿A qué estás esperando?

 

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