7 consejos para mejorar la productividad laboral

Cualquier compañía busca de sus empleados el máximo rendimiento laboral. El capital humano es uno de los activos más importantes de cualquier empresa y de su productividad depende gran parte del éxito. Para ello, se suele recurrir a los incentivos, a ventajas sociales y familiares o, por qué no decirlo, en los peores casos, a las amenazas de despido.

Pero hay muchas más cosas, y más originales, que las empresas y los propios trabajadores pueden hacer para mejorar la productividad laboral.

Feng-shui en la oficina

El Feng-shui es un arte milenario chino que se basa en la canalización y el flujo de las energías a través de la distribución o incorporación de diversos elementos a las estancias. Propiedades místicas del feng-shui aparte, la correcta organización del espacio de trabajo es básica. Está demostrado que hay numerosos factores que mejoran la productividad laboral, a saber, la iluminación natural, pintar las paredes de tonos claros, el orden y las estancias poco recargadas, tener algún objeto personal o de carácter sentimental en la oficina, etc. Se trata de crear buenas vibraciones y diseñar un espacio donde trabajar a gusto y exprimir al máximo el rendimiento.

Cuida tu propia planta

Llevar una planta al trabajo y cuidarla periódicamente es una buena manera de relajarnos, de olvidarse durante unos momentos de la presión del día a día. Por no hablar de que las plantas siempre dan alegría, frescor y naturalidad al entorno, contribuyen a crear un espacio más acogedor y una atmósfera más limpia.

La música como canalizadora de la motivación

Una actividad muy interesante es grabar una canción con videoclip incluido, en la que todos participen y se hable acerca de los valores de la empresa, lo que significa trabajar en ella, etc. En principio puede parecer un simple divertimento o una actividad para los ratos de descanso, pero en realidad es una forma de aumentar la productividad laboral. ¿Cómo? Favoreciendo la identificación de los empleados con la empresa o diferenciando a la marca de la competencia a través de una presentación única y original.

Cada tarea en su justo momento

Controla tu propia actividad y comprueba cuáles son las horas del día en las que alcanzas tus picos de rendimiento. Ahora que ya lo sabes, dedica estas horas a trabajos importantes, urgentes o que requieran de mayor concentración, no malgastes ese tiempo en realizar tareas sencillas, monótonas, mecánicas, aburridas o insustanciales.

Libertad en horarios y vacaciones

Cada vez son más las empresas que se muestran más flexibles en cuanto a horarios y vacaciones, dejando incluso esas cuestiones a elección de los propios trabajadores. Es el propio empleado quien decide cuándo tomarse un descanso o el que elige sus horarios de trabajo, en pos de fomentar la productividad. A cambio de esta libertad, se exige un rendimiento por objetivos.

La hora sin ruidos

Es un método que consiste en acordar determinados momentos del día en que debe reinar un silencio casi absoluto. Las oficinas y demás lugares de trabajo son, con frecuencia, ámbitos con gran actividad, decenas de conversaciones cruzadas y múltiples ruidos, por lo que acordar períodos de tregua y “silencio” ayuda a que todos se concentren al máximo en sus tareas. No se trata de descuidar el resto de horas de trabajo, sino tratar de alcanzar un pico máximo de rendimiento durante una hora.

Aplica técnicas de concentración

Una de ellas es la técnica Pomodoro. Consiste en dividir las tareas en bloques de trabajo de 25 minutos. Se coloca un temporizador y se trabaja durante ese tiempo en la tarea que hayamos asignado. Cuando suena la alarma se descansa durante 5 minutos y, acto seguido, se realiza otro bloque de trabajo de 25 minutos. Es imprescindible no mirar el reloj y esperar a que suene la alarma. Cuando se hayan realizado 6 bloques se hace una parada más larga, de 15 o 20 minutos.

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