¿Son felices los profesionales autónomos?

En las últimas semanas un debate ya antiguo ha vuelto a inundar los foros de las redes sociales: la fuerte carga económica que soportan sobre sus hombros los cientos de miles de profesionales autónomos que trabajan en nuestro país. ¿Son felices los profesionales autónomos? ¿Las ventajas de trabajar para uno mismo están equilibradas con las desventajas evidentes que sufren estos profesionales? Ese es el tema que tratamos en el artículo de hoy y del que nos gustaría que nos dieras tu opinión.

 

 

Profesionales autónomos en España

Según datos de la Seguridad Social, el número de autónomos en España en mayo de 2016 era de 3.198.148 personas. ¿Te sorprende este número? Desde luego que es una cifra muy alta que convierte a los autónomos en una de las fuerzas impulsoras de la economía de este país.

De todas formas y según distintas fuentes, el número real de personas que trabajan por su cuenta sin estar afiliados a la Seguridad Social es mucho más alto, profesionales que trabajan en la sombra para no tener que asumir ni la cuota ni las diferentes responsabilidades fiscales que asumen los autónomos a día de hoy.

 

La cuota de autónomos en 2016

Una de las reivindicaciones más importantes de los tres millones y pico que cumplen fielmente con sus responsabilidades con Hacienda y con la Seguridad Social es la altísima cuota mensual que deben asumir trabajen o no trabajen.

Actualmente la cuota de cotización mínima a la Seguridad Social asciende a nada más y nada menos que a 893,10 euros, un 1% más que el año pasado y, en la práctica, supone que la mayor parte de los profesionales autónomos deben pagar al Estado un mínimo de 267,03 euros al mes por tener el derecho a trabajar de forma legal. A esta cuota, por supuesto, tenemos que añadir que los autónomos deben adelantar el IVA o el IGIC de sus facturas en sus declaraciones trimestrales, asumir la retención del IRPF, etc.

Tanto la cuota como las obligaciones fiscales que asumen los autónomos en España son mucho más exigentes que las que asumen sus colegas en otros países cercanos al nuestro como, por ejemplo, Portugal, el Reino Unido y Holanda.

• Portugal: no existe cuota mensual ni abono trimestral del IVA, aunque los autónomos deben abonar al Estado un 24,5% de sus ingresos anuales.

• Reino Unido: tienen una cuota que oscila entre los 13 € y los 54 €. No tienen que declarar el IVA trimestralmente, aunque sí regularizar su situación a fin de año.

• Holanda: el emprendedor debe abonar una sola vez la cantidad de 50 € para empezar su actividad como autónomo y después no pagan cuota mensual alguna. Sí deben asumir el pago mensual del seguro médico obligatorio, pero sólo asciende a 100 euros, una cifra bastante modesta si tenemos en cuenta que el salario mínimo interprofesional en los Países Bajos está fijado en más de 1.500 € al mes.

 

Otras desventajas de ser autónomo en España

Además de la carga económica y fiscal que debe asumir el profesional autónomo tenga o no tenga trabajo, existen otra serie de puntos negativos para este colectivo. Por ejemplo, según leemos en el “Estudio Hiscox ADN del emprendedor”, tres de cada cuatro emprendedores españoles trabajan mucho más de 40 horas semanales (entre 50 y 50 horas), dedican al almuerzo del mediodía un máximo de 30 minutos y descansan un máximo de 20 días al año (en los mejores casos).

En la práctica, ese exceso de tiempo dedicado a su proyecto profesional dificulta al colectivo de los autónomos conciliar su vida personal y laboral, dedicar tiempo a cursar un máster de calidad para reforzar y reciclar sus habilidades y conocimientos, cuidar de su salud física tan bien como les gustaría, dedicar tiempo a mejorar su marca personal y su reputación digital, etc.

 

Como ves, las dificultades a la que se enfrentan a diario los más de tres millones de autónomos españoles son bastante importantes. ¿Crees que se sienten felices? ¿Les compensa la autonomía y la satisfacción personal de trabajar en un proyecto individual? Nos encantaría leer tu opinión.