Recursos para dirigir a gente con altas capacidades

La gestión del talento humano es una herramienta indispensable para el buen funcionamiento de una empresa en el contexto actual, marcado por la irrupción de las nuevas tecnologías y los continuos cambios sociales, culturales y económicos. Cobran especial relevancia las estrategias destinadas a los trabajadores altamente cualificados o con capacidades especiales, que son, sin duda alguna, un plus para los objetivos de una compañía.

Desde el inicio de los años 90, cuando en la mayoría de las empresas surgió esta preocupación por medir las capacidades de sus trabajadores, el talento fue definido como la productividad de un empleado en función de las labores que desempeñaba.

Sin embargo, desde entonces las estrategias de gestión de este tipo de talentos se han ampliado. Actualmente se enfocan a la creación de ambientes y relaciones laborales que potencien las habilidades ya existentes y promuevan la aparición de nuevas.

En esta nueva concepción de la gestión del talento empresarial, también entran elementos como los conocimientos generales, las habilidades, las experiencias y los rasgos personales que resalten el papel del trabajador y potencien la consecución de los objetivos de la compañía.

En busca del clima laboral adecuado

En los últimos años, empresas como Google o Apple han emprendido novedosas estrategias para potenciar las habilidades de sus empleados altamente cualificados. Estos métodos hacen énfasis en el fomento de una serie de características propias de trabajadores dotados con este perfil, tales como la capacidad de innovación, la creatividad, la pasión y la energía desplegadas en sus tareas.

Numerosos estudios, como los publicados por el científico catalán Jorge Wagensberg, han confirmado que las «mentes brillantes» en cualquier compañía son más proactivas en ambientes distendidos y abiertos que en otros más restrictivos, jerarquizados o, incluso, conservadores.

De ahí que diversos expertos en Empowerment centren sus esfuerzos en la creación de climas laborales en los que predominen la conversación y el diálogo constantes, algo esencial para el pleno desarrollo del talento de estos trabajadores y el cumplimiento de los objetivos de la empresa.

Este clima debe ir acompañado de una flexibilización (que no desaparición) de los rangos al interior de una compañía, de modo que el trabajador sea consciente de que es único dueño de las labores que desempeña. Esto promoverá un menor nivel de dependencia hacia los cargos superiores y aumentará su libertad creativa y su rendimiento.

La importancia de la motivación

Dentro de las estrategias para aprovechar el talento de los trabajadores con altas capacidades, hay una que cobra especial relevancia: la motivación.

Tras la creación de un clima laboral adecuado, es indispensable que los cargos superiores asuman una actitud de permanente estimulación hacia este tipo de empleados, enfatizando las cualidades que le hacen diferente del resto y promoviendo la consecución de nuevos y mejores objetivos. Los trabajadores de este perfil casi siempre permiten proyecciones más amplias.

Asimismo, el directivo debe estar abierto a escuchar sus aportaciones o ideas, evitando las luchas de poder o los ambientes de abierta subordinación. Eso confirmará el papel del trabajador dentro del engranaje de la compañía y le hará mantener una postura activa y proactiva, la cual irá de la mano con los objetivos del resto de su grupo de trabajo.

Además, según Rolf Tarrach, rector de la Universidad de Luxemburgo, es indispensable insistir al trabajador en la necesidad de ser altamente proactivo, incluso en las eventuales derrotas o fracasos que puedan surgir en la elaboración de sus tareas, y tener una actitud de apertura hacia las oportunidades que cada ocasión depare.

 

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