Planificación de la demanda de un producto

Llamamos planificación de la demanda al proceso mediante el cual una empresa coordina, acopla y optimiza todos los elementos que intervienen de una u otra manera en la elaboración del producto o servicio destino a los clientes.

No es un proceso como cualquier otro. Es, en realidad, la suma de muchos procesos que tienen lugar en una organización y que, a afectos de la calidad de los productos y de una mayor satisfacción de los consumidores, deben mantenerse alineados o al menos bajo unas ciertas directrices. En eso consiste todo.

¿Qué pasos debo seguir para la planificación de la demanda?

La planificación de la demanda no sólo exige la articulación de los elementos internos de una empresa, es decir, las áreas y departamentos y los colaboradores de los distintos niveles de la misma. También deben incluirse en este proceso los aspectos externos, tales como el trato con proveedores o distribuidores.

Ahora bien, vale la pena aclarar que cada proceso de planificación de la demanda es distinto y que son las necesidades y la estructura de la empresa los que determinan los detalles de su implementación.

No es lo mismo, por ejemplo, planificar la demanda para una empresa cuya producción se realiza en serie que otra cuyos flujos de elaboración de productos o artículos sólo se activen cada determinado tiempo. Las prioridades no iguales en ambos casos.

Aun así, si se trata de describir las etapas genéricas de un proceso de planificación de la demanda, independientemente del tipo de empresa o de las características de los productos, dicho proceso se puede plantear más o menos así:

1. Definir el tipo de proceso:

Empieza por establecer qué tipo de planificación deseas (a corto, medio o largo plazo) y luego define un calendario para el mismo. Debe existir concordancia entre tus plazos y tus objetivos. Adicionalmente, es necesario que delegues la planificación en un responsable y que se determinen las acciones secundarias.

2. Medición de las acciones:

Como en cualquier proceso, no vale sólo con realizar acciones y programarlas en un calendario. También es importante medir la precisión de los pronósticos que has realizado en la etapa previa a la planificación de la demanda y, a partir de ahí, establecer objetivos de cumplimiento. Es importante que estos objetivos los fijes en función de los valores que manejabas al inicio. La experiencia señala que un 80% de cumplimiento de las expectativas es un valor idóneo.

3. Emplea un sistema de mejora y gestión:

Las herramientas para mejorar la gestión empresarial están a la orden del día. Un software siempre te vendrá bien para saber si los resultados del proceso de planificación de la demanda son los que esperabas. No hay excusas; incluso el Excel pude ayudarte a obtener un mejor rendimiento.

4. Mejora tu proceso:

Cuando un proceso cumple su ciclo, en realidad está marcando el inicio de otro nuevo. Aquí pasa lo mismo: tan pronto hayas terminado con las etapas que has convenido para la planificación de la demanda, vuelve a iniciar y aplica todo lo que la experiencia anterior te ha dejado, especialmente en lo que se refiere a las mejoras y a los métodos para un rendimiento y una productividad más altos.

¿Qué métodos se emplean para la planificación de la demanda?

La previsión de la demanda permite a las empresas de fabricación obtener información sobre las necesidades de sus consumidores a través de una variedad de métodos de previsión. Entre los más comúnmente utilizados se encuentran: el análisis predictivo, las encuestas de intención del cliente y el método de pronóstico Delphi.

Elementos de los procesos de planificación de la demanda

• Gestión de la promoción comercial. Estas tácticas se enfocan en generar demanda en la tienda a través de descuentos, obsequios, promociones en la tienda y otras técnicas similares. Quienes las planifican buscan ajustar productos, campañas y promociones sin demoras prolongadas, alineando un plan de gastos de promoción comercial opcional que incorpore señales finales de distribuidores y clientes en todos los períodos de tiempo, productos y geografía. Su objetivo es lograr un ROI máximo utilizando una amplia gama de datos.
• Gestión de cartera de productos. Incluye la planificación para incluir nuevos productos en la cartera de productos existente, comprender cómo la introducción de esos nuevos productos afectará a otros productos (canibalización) y el análisis de las tasas de apego (cómo las ventas de un producto afectan las ventas de otro). Hace falta estar al tanto del efecto de cada línea de productos en las demás, para optimizar la combinación de productos, maximizar la rentabilidad y aumentar la participación de mercado global.
• Pronóstico estadístico. Aprovecha los datos históricos para generar pronósticos de la cadena de suministro utilizando varios algoritmos estadísticos avanzados. En la planificación de la demanda, es fundamental contar con pronósticos respaldados por datos para evitar desabastecimientos o excesos de existencias y asegurar que los clientes estén satisfechos. La estacionalidad tiene un gran impacto en la planificación de la demanda y, con el pronóstico estadístico, es más fácil responder a preguntas clave, ya que se pueden ejecutar múltiples simulaciones estadísticas, incluidos modelos para pronosticar el impacto de la demanda intermitente, cantidad de pronóstico de regresión multilineal, precio, tasas adjuntas y descuentos.

El futuro de la planificación de la demanda es digital y se centra en la implementación de estructuras, marcos y arquitecturas empresariales digitales impulsadas por la demanda. Múltiples grupos se conectan para facilitar un intercambio continuo de información, ideas y soluciones que se sincronizan con los hábitos de compra omnicanal de los consumidores.

La inteligencia artificial y el aprendizaje automático son algunas de las habilidades que se necesitarán en el futuro para poder realizar esta planificación y que, hoy día, suponen una ventaja, dado el cambio radical que experimenta esta función, cada vez más digitalizada.

La planificación de la demanda es un proceso que pone a prueba la capacidad de las empresas para coordinar los distintos elementos que la conforman. Su objetivo es la mejora en la oferta y el aumento de la satisfacción de los clientes.