Lanzarse al vacío, ¿con o sin paracaídas?
Llega el momento de irse. Tu trabajo, tu esfuerzo y dedicación, por fin tienen recompensa. Tras un periodo seleccionando ofertas, escribiendo cartas de presentación, recorriendo empresas, preparándote para las entrevistas, tienes una llamada. Has sido seleccionado. Comienzas en un nuevo trabajo.
De repente surgen de nuevo las dudas, las inseguridades, el miedo se apodera de ti. Tienes la sensación de lanzarte al vacío. ¿Estarás tomando la decisión correcta? ¿Y si la nueva empresa no es como te esperabas? ¿Y si no te adaptas al puesto? ¿Serás bien acogido por nuevos compañeros? ¿Cómo puedes saber que has tomado la decisión correcta?
Nunca podrás saber con total certeza que el cambio va a ser a mejor. Pero existen una serie de factores o indicadores que te ayudarán a averiguarlo.
Por ejemplo, si tu decisión ha sido meditada. Si no ha sido fruto de un arrebato. Cuando estás seguro de que cualquier otro empleo será mejor, que estarás más feliz en otro puesto o empresa. En este caso es difícil que te equivoques.
Puede que las dudas sean acerca de tu nueva empresa. ¿Cómo puedes convencerte de que es una buena elección? ¿Cómo sabes que vas a estar a gusto en ella?¿Cómo puedes averiguar si el puesto será como esperabas?
Si has planificado bien tu estrategia para cambiar de trabajo y la has seguido, tendrías que conocer a fondo a tu nueva empresa. No puedes centrarte sólo en averiguar a qué se dedica o dónde tiene su sede central. Busca y entiende la filosofía de la empresa, su política, sus objetivos. Pregunta o busca en foros información sobre ella. Intenta conocer a personas que hayan trabajado o trabajen para esa compañía. Seguramente recibirás comentarios tanto positivos como negativos. Si los negativos proceden de extrabajadores, clientes o proveedores, y superan a los positivos, te puedes hacer una idea de que quizá el ambiente no es el mejor. Deberás valorar si estás dispuesto a correr el riesgo o no.
Otra factor que debes tener en cuenta es el número de ofertas de empleo que ha anunciado la compañía a lo largo de los últimos meses. Si en los últimos seis meses han ofertado el mismo puesto varias veces, puede ser por varios motivos. Quizás los candidatos seleccionados no estaban a la altura. Puede que la empresa sea demasiado exigente o existan problemas internos que aceleren la marcha de los nuevos empleados. También es posible que no deseen cubrir realmente el puesto y antes de cumplir el periodo de prueba busquen a otro candidato.
Una duda que te puede surgir es si el puesto será como esperabas. En ocasiones se idealiza el nuevo puesto de trabajo, especialmente cuando se trata de un empleo que se desea desde hace tiempo o cuando se sale de un ambiente conflictivo. En estos casos te imaginas realizando nuevos proyectos, en un ambiente relajado, con el apoyo de todos. Sin embargo la realidad puede ser distinta. Puede que tus funciones no sean las que imaginabas o que encuentres dificultades con las que no contabas. Para no llevarte sorpresas, es fundamental que durante tu entrevista de trabajo te informes bien de cuáles van a ser tus funciones, tus roles y objetivos, con qué herramientas contarás para conseguirlos y qué expectativas tendrá la empresa sobre ti.
La información es poder. Por eso, antes de aceptar un nuevo puesto, tienes que conocerlo a fondo, tanto a la empresa como las funciones que tendrás que desempeñar. De esta forma, tu apuesta será más segura.
Fuente imagen: Flickr/Horia Varlan
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