Hidrógeno verde: qué es y qué reto plantea

La industria y el transporte representan más de un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Quienes buscan un cambio piensan en alternativas como el hidrógeno verde. Qué es y qué reto plantea su uso son los dos temas que trataremos en las próximas líneas.

Definición de hidrógeno verde: qué es

Mientras que la gran mayoría del hidrógeno se produce a partir de gas natural, el hidrógeno verde se produce por electrólisis del agua. Si la corriente eléctrica es producida por una fuente renovable (por ejemplo, energía eólica, solar o hidroeléctrica), el hidrógeno producido se conoce como hidrógeno verde.

Menos del 0,1% del hidrógeno actual se produce a través de la electrólisis del agua. Sin embargo, a medida que hacemos la transición a bajas emisiones y trabajamos hacia un medio ambiente limpio y saludable, el hidrógeno verde podría comenzar a desempeñar un papel importante en la realización de un cambio sostenible.

El CO2 separado a menudo se emite a la atmósfera, lo que contribuye al calentamiento global. La producción de hidrógeno es responsable de unas emisiones de CO2 de alrededor de 830 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, según datos de la Agencia Internacional de la Energía. Para combatir estas emisiones de CO2, el hidrógeno verde, que es una buena alternativa, podría ser una fuente de energía limpia muy eficaz.

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Importancia de buscar alternativas

Sin una rápida reinvención de las materias primas, será muy complicado limitar el aumento de la temperatura global a menos de 1,5 °C.

La solución podría pasar por reemplazar el hidrógeno de origen fósil con hidrógeno renovable en los procesos industriales, así como usar hidrógeno renovable para reemplazar los combustibles fósiles en el transporte pesado.

Hacerlo ahorraría grandes cantidades de emisiones de carbono y contribuiría significativamente a los objetivos climáticos de los países con la agenda 2030.

Hidrógeno verde: el desafío continúa

Millones de toneladas métricas de hidrógeno utilizadas anualmente para la producción de petróleo y amoníaco se obtienen mediante el craqueo de gas natural a través del reformado de corrientes, que es un método intensivo en carbono. Para que sea limpia, la electrólisis sigue siendo la opción más viable para el hidrógeno verde, que es la alternativa que muchos países barajan.

El problema es el coste, ya que el hidrógeno resultante de este proceso resulta hasta dos veces más caro que el formado con vapor.

La cantidad de inversiones en hidrógeno verde aumentó exponencialmente hasta cifrarse en 121 gigavatios en 136 proyectos en fases de planificación y desarrollo por un total de más de 500 mil millones de dólares el pasado año.

Empresas de diferentes países han formado alianzas para multiplicar por cincuenta la producción en los próximos seis años. De hecho, ya hay megaplantas programadas para Australia, Francia, Alemania, los Países Bajos, Paraguay, Portugal, el Reino Unido y los EE. UU. Pero también hay una serie de cambios que deben tenerse en cuenta.

Se espera que los costes de los electrolizadores pasen a primer plano a medida que las energías renovables proporcionan electricidad más barata en el futuro. Por ese motivo, equipos internacionales de científicos e ingenieros de materiales están trabajando para desarrollar mejores catalizadores, membranas y componentes estructurales, así como métodos de fabricación, que podrían reducir los costes operativos y hacer que el hidrógeno verde sea parte de la economía baja en carbono.

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Créditos fotográficos: Petmal


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