Empresas cooperativas: competitividad con propósito

La pandemia ha supuesto la vuelta a las empresas cooperativas. Las que ya lo eran, se han dado cuenta de los beneficios de esta cualidad y han impulsado aún más las iniciativas de colaboración y creación de sinergias. Las que no lo eran tanto, han aprendido que, para mantenerse a flote era preciso dar apoyo a otros negocios de su red y aceptar el soporte de otras organizaciones.

Las empresas cooperativas lo son de puertas hacia dentro y también hacia el exterior. Ese carácter forma parte de su ADN y así, con la cultura organizacional como vehículo, se transmite a las nuevas incorporaciones, los nuevos socios, y así hasta llegar al último rincón del ecosistema del negocio.

En los últimos meses hemos visto cómo la cooperación puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de muchas empresas. Cuando los empleados dedican más tiempo a sus deberes en un lugar de trabajo cooperativo, son más productivos y las cosas se hacen de manera más rápida y eficiente. El trabajo en equipo es una señal de cooperación en el lugar de trabajo.

Empresas cooperativas: ¿cuál es su propósito?

El propósito de la cooperación es sumar fortalezas y estar mejor preparados para hacer frente a los desafíos que puedan presentarse. Al colaborar se identifican ineficiencias, que pueden solventarse más fácilmente, también es más probable que quienes colaboran desarrollen nuevas habilidades aprendidas de sus contrapartes.

Los riesgos son más sencillos de predecir y su solución está al alcance de quienes los enfrentan unidos.

Las empresas cooperativas a menudo tienen un fuerte compromiso con su comunidad que les lleva a tratar de fortalecerla.

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¿Cuáles son los efectos de la falta de cooperación?

La falta de cooperación a nivel de negocio lleva a la pérdida de oportunidades comerciales, directas o indirectas. Impide la creación de ventajas competitivas y frena el crecimiento del proyecto empresarial.

De puertas para adentro de la organización, cuando los colegas no quieren o no pueden trabajar juntos de manera efectiva en el lugar de trabajo, su actitud inevitablemente causa estragos en la productividad y la moral. La falta de cooperación puede generar resentimiento, sobrecostes, pérdida de negocio y el deterioro de la cultura del lugar de trabajo.

Una estructura cooperativa, en comparación con una competitiva, promueve una motivación más intrínseca, una mayor orientación al logro, un procesamiento de información más efectivo, un mayor logro en el aprendizaje de conceptos y resolución de problemas, y menores niveles de ansiedad en la plantilla.

¿Qué es mejor competencia o cooperación?

A nivel individual, los estudios demuestran que diferentes áreas específicas del cerebro están involucradas según el tipo de tarea y la gratificación que la persona obtiene de ella. La cooperación proporciona una motivación social y está relacionada con la activación orbitofrontal derecha. La competencia, en cambio, es menos gratificante socialmente.

En el plano organizacional, la cooperación es fuente de rentabilidad, imán para el talento y una apuesta segura para avanzar hacia una mayor satisfacción el cliente. En otras palabras, las empresas cooperativas tienen en su cultura una ventaja competitiva importante que han de saber cultivar.

Créditos fotográficos: scyther5

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