Sociedad anónima: ejemplos, beneficios y contras
Nestlé es ejemplo de S.A. L’Oreal también es una sociedad anónima. Ejemplos hay muchos, en todos los países. Mercadona, Iberdrola, El Corte Inglés, Alcampo, Endesa, Zara, Vueling o Telefónica son algunas de las que encabezan el ranking de sociedades anónimas, ejemplos nacionales.
Y es que, aunque constituir una empresa de esta forma requiere una importante inversión inicial, requisito que echa atrás a muchos emprendedores, que terminan optando por otras modalidades societarias; también implica beneficios a tener en cuenta.
Sociedad anónima: ejemplos de ventajas
Hay características específicas de una sociedad anónima, ejemplos como los que veremos a continuación, que le dan algunas ventajas únicas:
- Obtención de capital mediante emisión pública de acciones. La ventaja más obvia de ser una sociedad anónima es la capacidad de aumentar la participación de capital, especialmente cuando la compañía cotiza en un mercado reconocido. Dado que puede vender sus acciones al público y cualquiera puede invertir su dinero, el capital que se puede recaudar es mucho más grande que una sociedad limitada. También es posible atraer inversiones de fondos de cobertura, entre otros
- Ampliación de la base de accionistas y difusión del riesgo. Ofrecer acciones al público brinda la oportunidad de distribuir el riesgo de propiedad de la empresa entre un gran número de accionistas. Esto facilita que los primeros inversionistas en la compañía vendan algunas de sus propias acciones con una ganancia, a la vez que mantienen una participación sustancial. Obtener capital de una amplia gama de inversionistas tiene algunas ventajas sobre confiar en uno o dos business angels, ya que muchas empresas privadas elegirán facilitar el crecimiento. Si bien un inversionista ángel puede proporcionar una gran cantidad de capital y experiencia, los fundadores pueden no sentirse cómodos con el nivel de influencia sobre la dirección de la compañía que el ángel a menudo esperará.
- Otras oportunidades financieras. Además del capital social, una sociedad anónima, ejemplos como los citados al principio del post, a menudo se encuentra en una mejor posición a la hora de evaluar otras fuentes potenciales de financiamiento. Los bancos y otras instituciones financieras pueden estar más dispuestos a otorgar financiamiento a una compañía de estas características, y, al mismo tiempo, la empresa también podría estar en una mejor posición para negociar tasas de interés favorables y plazos de amortización de los préstamos más amplios.
- Oportunidades de crecimiento y expansión. Al tener más financiamiento potencialmente más disponible y en mejores condiciones que otros tipos de sociedades, la S.A. podría estar en una posición ventajosa para iniciar nuevos proyectos, nuevos productos o nuevos mercados; realizar adquisiciones, crecer orgánicamente, hacer frente a sus deudas o reemplar la deuda existente con una nueva deuda en mejores condiciones.
De sociedades anónimas, ejemplos hay como Repsol, Cepsa, Renault o Orange, tiene un perfil de prestigio que aporta confianza. Esta percepción de estar más establecida, ser una empresa más grande o más poderosa puede afectar al comportamiento de los clientes, proveedores y empleados de manera favorable para la organización. Además, es probable si la compañía es pública sea muy conocida, especialmente si cotiza en una bolsa de valores. En ese caso, es más probable que reciba atención de los medios de comunicación y los profesionales de la inversión, lo que supone una publicidad gratuita muy efectiva.
No obstante, no hay que olvidar que en lo que respecta a la sociedad anónima, ejemplos en todas las industrias, esa credibilidad y la confianza se ven reforzadas por el hecho de tener que operar bajo un régimen legal más estricto que otras empresas en muchas áreas, tener que asumir mayores requisitos de capital social y necesitar actuar con mayor transparencia (por ejemplo, en lo que respecta a las cuentas).
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Inconvenientes de la sociedad anónima
La libertad que permite la ley a la hora de proceder a la transmisión de las acciones, la flexibilidad con la que puede elegirse administrador, sin tener que centrarse necesariamente en las personas que tienen títulos o acciones, y la imagen de empresa seria y consolidada que ofrecen los negocios que se formalizan recurriendo a esta figura jurídica son algunos de los beneficios más importantes de decantarse por esta opción al crear una nueva empresa.
Pero una decisión así tiene también contrapartidas. Y es que, la S.A. es una opción que no está al alcance de todo el mundo. Su elevado capital inicial ya supone una importante barrera de entrada.
A partir de ese momento, se plantean diferentes complejidades, cuestiones que ejemplos de sociedad anónima como los citados en líneas previas han sabido resolver, pero que pueden poner en apuros a empresarios y accionistas.
Se trata de asuntos que tienen que ver con la rigidez de la administración, que supedita cualquier cambio a la revisión de los Estatutos de la Sociedad, y con el control, que queda repartido entre muchas manos diferentes.
Esto último puede ser visto como un grave inconveniente, en especial en el caso de que se trate de un proyecto familiar, donde la incorporación de terceros en la toma de decisiones podría complicar la alineación de la cúpula directiva o llevar a la empresa por un rumbo diferente al que se había planteado al inicio, en el momento de definir la iniciativa, su alcance, misión, visión y objetivos.
Créditos fotográficos: ikercelik
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