Crecimiento personal y desarrollo profesional

Durante mucho tiempo se creyó que la esfera individual no tenía ninguna influencia en el ámbito profesional. Los modelos tradicionales de gestión empresarial, especialmente los que surgieron a mediados del siglo XX, defendían la separación absoluta de estos dos espacios y centraban todos sus esfuerzos en lo laboral.

Sin embargo, la evolución de las estructuras empresariales y la flexibilización de los modelos de liderazgo otorgaron un papel, con cada vez más protagonismo, al ámbito personal dentro de las organizaciones.

No sólo fue una cuestión de resaltar la influencia que el mundo personal tiene dentro del laboral. Estos cambios también ampliaron la visión sobre los trabajadores e integraron otros aspectos de cara a la mejora de su rendimiento y productividad laboral.

Ahora, cuando avanzamos hacia nuevas tendencias de desarrollo profesional, sabemos de sobra lo importante que resulta el crecimiento personal para la esfera profesional.

Los cambios se producen en cada persona y es ésta la que debe trasladar dichos cambios a otros terrenos, entre ellos el laboral.

 

Características del crecimiento personal

Para llegar al sitio que ocupan, la gran mayoría de los profesionales bien posicionados han tenido que poner en marcha procesos de crecimiento personal que, a la postre, han potenciado sus habilidades en sus respectivos campos. O dicho de otro modo: primero crece la persona y luego el profesional.

Sin embargo, el crecimiento personal no es algo que se logra inmediatamente. Como todo proceso, tiene unas características definidas. ¿Cuáles?:

  • Integral:

El crecimiento es integral, es decir, abarca muchas facetas y roles del individuo. Esto facilita que lo conseguido se pueda aplicar a otros campos.

  • Progresivo:

Crecer individualmente supone ser conscientes de unas etapas. Éstas son las que marcarán los grados de evolución del proceso.

  • Evolutivo:

El objetivo del crecimiento personal es la madurez y el desarrollo de talentos, habilidades y competencias. Es decir, quien empieza un proceso de este tipo experimenta un cambio positivo.

  • Continuo:

El crecimiento debe ser continuo y extenderse a cada una de las etapas y los procesos que emprenda la persona.

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¿Cómo vincular lo personal al desarrollo profesional?

Por supuesto, no es lo mismo trazarse metas en el plano personal que en el profesional. Las necesidades y los objetivos son distintos. No obstante, sí que pueden trasladarse de uno a otro campo ciertas actitudes o estrategias:

a) Fijación de metas: los proyectos son importantes por lo que constituyen en sí mismos. No sólo aportan perspectiva y trazan marcas temporales, sino que además nos ayudan a conocer los medios en los que nos desenvolvemos y nos dan herramientas para hacerlo con éxito.

b) Planificación: la capacidad de gestionar el tiempo y de planificar acciones se reflejará de forma inmediata en otros campos. Estos dos elementos, como bien sabemos, garantizan nuestro éxito en el campo profesional.

c) Comunicación más efectiva: las habilidades de comunicación son clave para todos los ámbitos de nuestra vida. Si en el plano personal nos comunicamos de forma eficaz, será mucho más fácil hacerlo en nuestra rutina laboral. El secreto está en la asertividad de nuestros mensajes.

d) Flexibilidad: aprender a ser flexibles no sólo nos permite un mayor margen de maniobra en el ambiente en el que nos desenvolvamos a diario. También nos ayudará en el campo laboral, especialmente cuando se trata de buscar soluciones o de diseñar estrategias propias de un contexto empresarial.

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