Contrato de sustitución para gestionar bajas
Un contrato de sustitución es la herramienta que permite a la empresa cubrir esa baja que se acaba de producir. En la mayoría de casos se trata de una situación imprevista, que requiere actuar con premura. En otros casos, los menos, se tratará de una etapa pactada, de la que existe un conocimiento previo y que facilita la toma de decisiones, mejorando sus resultados.
¿Por qué hace falta un contrato de sustitución?
El contrato de sustitución es un contrato temporal, que puede ser a tiempo parcial o completo y recibir diversas denominaciones, como contrato de interinidad. Se plantea como solución ante la baja de un trabajador, que no podrá acudir a su puesto de trabajo en un periodo largo de tiempo, cuya duración puede extenderse a varios meses.
Las situaciones que originan esta circunstancia pueden tener que ver con:
- Una baja médica por enfermedad.
- Una baja médica tras producirse un accidente.
- Una reducción de jornada solicitada por el empelado para poder dedicarse al cuidado de hijos o familiares.
- Una excedencia por motivos establecidos en la política de la empresa o por el convenio colectivo, o pactados en acuerdo individual entre el empleado y la organización y que se podrá destinar, por ejemplo, a la formación o el voluntariado.
Cualquiera que sea el motivo por el que el empleado se ausentará de su puesto, la empresa queda en situación de tener que encontrar a quien se haga cargo de las tareas que, de otro modo, se verían desatendidas.
El contrato de sustitución es la alternativa por la que optan las organizaciones que no pueden permitirse repartir esa carga de trabajo que queda pendiente entre la plantilla. Toman la decisión de buscar el talento fuera de la empresa y, tras un proceso de selección, incorporar a un candidato a la organización.
¿Qué camino conviene tomar para encontrar al mejor candidato a firmar el contrato de sustitución?
La urgencia del proceso de reclutamiento y las características del puesto a cubrir determinarán el enfoque de la iniciativa. Así, por ejemplo, si se trata de una excedencia pactada y, por tanto, una baja prevista con bastante antelación, la empresa puede:
- Preparar a otros profesionales dentro de la empresa para ocuparse de esas tareas y encargar al candidato que firma el contrato de sustitución proyectos que no necesitan un nivel de especialización y conocimiento de la empresa y el sector tan elevados. De esta forma, se puede agilizar el proceso y se ahorra en capacitación.
- Llevar a cabo un proceso de reclutamiento que tenga en cuenta también a los candidatos pasivos, fomentando la atracción de talento a la empresa en base a una estrategia de marca empleadora.
Cuando la situación es repentina y no puede preverse, corre prisa encontrar al perfil idóneo para firmar el contrato de sustitución. En este caso, la organización puede:
- Publicar la oferta de empleo en los medios de mayor repercusión, especificando muy claramente los requisitos del puesto y las competencias que más se valorarán en los candidatos.
- Recurrir a profesionales que ya hayan prestado servicios para la empresa con anterioridad, y de los que se tenga una percepción positiva. En este caso, la ventaja es que ya conocen a la organización y su forma de trabajar.
- Instando a los empleados actuales a recomendar profesionales de su red de contactos que piensen que encajarían en los requisitos del puesto.
Cualquiera que sea el planteamiento, el objetivo es acertar al escoger a la persona que firmará el contrato de sustitución. Tener en cuenta las habilidades personales, además de los requisitos técnicos, y la alineación con la cultura de empresa, son algunas de las mejores prácticas que pueden ayudar a cualquier organización a superar una situación tan complicada como puede ser gestionar la baja de un trabajador.
Créditos fotográficos: fizkes
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