Conocimiento personal y aprendizaje

El conocimiento personal puede ayudar a las personas a comprender mejor cómo mejorar su aprendizaje. Por ejemplo, un trabajador que reconoce que el estrés inhibe su desempeño laboral tiene más probabilidades de participar en técnicas de gestión del estrés con el objetivo de optimizar sus resultados en esta área.

 

¿Qué es el conocimiento personal o autoconciencia?

El conocimiento personal o autoconciencia es una suerte de proceso evaluativo centrado en el interior en el que los individuos usan la reflexión para hacer autocomparaciones con la realidad, a la vez que incorporan a su conocimiento la perspectiva que obtienen de la retroalimentación de los demás.

 

 

El objetivo del proceso de autoconciencia es crear un mejor autoconocimiento, hacer ajustes y mejoras y superar las debilidades.

El proceso de conocimiento personal pone en tela de juicio la identidad de uno al permitirle compararse con los demás y sus comentarios de una manera nueva. Se considera que esta forma de comparación hace posible:

1. La evaluación de alternativas.
2. La identificación de problemas.
3. El progreso hacia las metas.

 

¿Cuál es la relación entre conocimiento personal y aprendizaje?

No es lo mismo un adulto consciente de sí mismo, que alguien que no tiene tanto conocimiento personal y esto se hace aún más evidente en un entorno formativo o al evaluar el potencial de aprendizaje continuo de un individuo. Las diferencias son tan grandes que, de hecho, al primero se le podría diferenciar por cualidades como las siguientes:

• Tiene un autoconcepto independiente.
• Puede dirigir su propio aprendizaje y está motivado internamente, más que externamente, para aprender.
• Ha acumulado una reserva de experiencias de vida que le sirven como recurso para continuar mejorando en diferentes áreas.
• Tiene necesidades de aprendizaje estrechamente relacionadas con el cambio de roles sociales.
• Al enfrentarse a un problema, se centra en él, buscando la manera de aplicar su conocimiento de forma inmediata.

 

Sin habilidades de autoconciencia, el pensamiento puede ser distorsionado por el autoengaño, un proceso de pensamiento que puede llevar a alguien a estar mal informado y hacer que se comunique mal, aprenda mal y desinforme a otros.

El autoengaño puede describirse como un sesgo de nuestra conciencia cognitiva que surge para encontrar una forma de evitar el dolor y la ansiedad. Se trata de una forma de lidiar con las frustraciones de la vida y dar sentido a los eventos que son incongruentes. Esto se manifiesta como discrepancias entre el comportamiento propugnado y el real y, a menudo, conduce a un comportamiento que evita la retroalimentación.

El resultado del autoengaño es la malinterpretación de las evidencias, el llegar a conclusiones equivocadas y no conseguir aprender de las diferentes situaciones. Lo cierto es que, la mayoría de nosotros, aunque tengamos un buen nivel de conocimiento personal, estamos sujetos a autoengaño de vez en cuando. Se trata de algo a evitar, ya que la falta de habilidades del proceso de autoconciencia inhibe o impide el aprendizaje, al igual que dificulta la identificación y resolución de problemas.

 

Del conocimiento personal a la inteligencia emocional

El aprendizaje y el desarrollo a lo largo de toda la vida dependen de un conocimiento preciso y significativo sobre nosotros como individuos. La falta de este conocimiento personal puede ser devastador para nuestro proceso de aprendizaje y resultados.

El proceso de autoconciencia puede proporcionar a las personas un mayor control sobre los eventos en sus vidas, al permitirles aprender de manera efectiva sobre sí mismos y sus propias necesidades personales, fortalezas y debilidades.

Se trata de un proceso importante en la «creación de significado», un aspecto clave para el aprendizaje y también para el liderazgo. La autoconciencia se convierte en la construcción más importante de la inteligencia emocional y se considera la herramienta clave para combatir la complejidad y el caos en la sociedad contemporánea.

 

Créditos fotográficos: Benjavisa