Cinco razones por las que deberías practicar cómo hablar en público
Uno de los retos a los que sin duda te tendrás que enfrentar a lo largo de tu trayectoria profesional será el de hablar en público. No solo en casos en los que tengas que pronunciar una conferencia o charla ante cientos de personas, puede tratarse de presentaciones o reuniones de trabajo, en las que tu audiencia será más reducida, o incluso conversaciones con clientes a los que tienes que convencer de las ventajas del producto o servicio que estás ofreciendo.
Saber cómo hablar en público es una habilidad que deberías dominar. Sin embargo, un alto porcentaje de profesionales siente ansiedad en mayor o menor grado ante la idea de hablar en público, incluso cuando se trata de conversaciones formales. Y es que el miedo a la reacción de los demás, a no expresarse con claridad o a hacer el ridículo, puede llegar a bloquear de manera inesperada.
Para evitar estos miedos y no dar lugar a situaciones embarazosas, la mejor solución es practicar. En habilidades como esta, la práctica hace al maestro.
Estrategias para practicar
Prepararte adecuadamente cualquier tipo de diálogo o discurso es el mejor remedio para evitar todo tipo de inseguridades y pensamientos negativos que te puedan invadir. El ensayo te permitirá:
- Corregir el discurso. Preparar un discurso supone conocer el tema con cierta profundidad. Aunque controles el tema a tratar, puedes tener inseguridades a la hora de exponerlo, de ahí la importancia de escribirlo y practicarlo. Al leerlo varias veces y decirlo en voz alta, podrás observar con mayor claridad si tus argumentos están bien redactados, si tienes alguna laguna de conocimiento o si el mensaje que ofreces es lo suficientemente claro, se comprende adecuadamente y expresa lo que realmente deseas decir.
- Dominar el contenido del discurso. Cuantas más veces repitas el discurso, mejor te lo sabrás y más capacidad tendrás para utilizar los silencios y matizar determinadas partes. Es conveniente que al ensayar no te dediques sólo a leer si no que lo interpretes, realizando pausas y dándole la entonación adecuada para enfatizar lo que consideras más importante.
- Utilizar el lenguaje corporal correctamente. Según los expertos, un 70% de lo que comunicamos lo hacemos a través de la expresión corporal. Muchas veces podemos observar a personas que contradicen su discurso con sus gestos. Para evitar estas situación tienes que ensayar cuidadosamente los gestos que vas a utilizar, tanto corporales como faciales. Cuanto más conoces tu discurso, más capacidad tienes de poder concentrarte en tus gestos.
- Estar relajado. Cuando sientes que dominas un tema, que lo tienes todo bajo control, tus temores se evaporan. Te muestras más seguro, positivo y relajado, lo que influirá positivamente en tu discurso.
- Conseguir tu objetivo. La seguridad proporciona credibilidad, por lo que el mensaje llegará mejor, serás más persuasivo y tus posibilidades de éxito aumentarán.
Métodos de ensayo
Para practicar tu discurso, puedes usar métodos o técnicas diferentes. Las técnicas más básicas consisten en leer tu exposición una y otra vez, hasta aprenderla o ensayar delante del espejo para comprobar si te sabes el discurso. Otros métodos más efectivos implican interpretar o ensayar delante de una persona de confianza, que te pueda indicar tus errores. También es útil grabarte, lo que te permitirá analizar detalladamente tu discurso, las pausas, muletillas, entonaciones y cada uno de tus gestos para corregirlos con posterioridad.
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Fuente imagen: Flickr/www.audio-luci-store.it
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