¿Qué habilidades ‘duras’ necesita un manager?
Cuando se habla de las habilidades esenciales de un manager, generalmente se incluyen todas en una misma categoría. Aunque son numerosas (y cada día tienden a surgir unas cuantas más), el primer impulso es englobarlas en algo que se denomina «habilidades de un manager». Sin embargo, ¿son todas iguales?
La respuesta es sencilla: no, no lo son. Algunas de ellas son más importantes que otras en el día a día de cualquier manager o director de empresas, más allá de cuál sea su área de desempeño o la actividad específica de la compañía a la que esté vinculado.
Habilidades duras de un manager, ¿de qué hablamos?
El término de ‘habilidades duras’ de un manager no nos lo hemos inventado nosotros. Lo han acuñado algunos teóricos del campo de la gestión empresarial empeñados en señalar las diferencias entre unas habilidades y otras.
El calificativo de «duro» se puede traducir en realidad como «esencial» o «primordial». Es decir, se trata de habilidades que marcan la ruta de cualquier manager y que, por tanto, no pueden faltar en su día a día.
La firma Commlabindia, experta en soluciones de negocios internacionales, considera que estas habilidades ‘duras’, además del carácter esencial que hemos mencionado, son un elemento en común entre los manager que más influencia positiva han ejercido tanto en sus empresas como en los entornos en general.
Cinco habilidades duras para un manager del siglo XXI
El sector empresarial del siglo XXI es altamente cambiante y obliga a que los líderes o managers estén a la altura de los numerosos retos. Es ahí cuando entran en juego las denominadas habilidades duras de un manager. ¿Cuáles son y de qué forma puedes desarrollarlas? Te lo resumimos todo a continuación:
- Conocimiento de su cargo y de sus funciones:
Lo primero que debe demostrar un manager es que sabe de lo que habla; es decir, tener dominio del cargo que ocupa, ser consciente de lo que representa y saber cuáles son sus funciones y cómo optimizarlas. De ahí la importancia de la formación y, sobre todo, de la experiencia.
- Flexibilidad ante los cambios o rupturas:
El mercado actual cambia constantemente; lo que ayer era plenamente vigente hoy quizá ya no lo sea. Un buen manager debe ser consciente de ello y saber adaptarse a cada circunstancia.
- Planificación:
¿Qué sería de un manager sin la planificación? Sencillo: no sería manager. La condición esencial para ocupar este cargo es dominar plenamente la estimación de plazos, recursos y personal a cargo. O dicho de una manera más gráfica: la planificación es al manager lo que la paleta de colores es al pintor.
- Conocimiento de su mercado y de los clientes:
Obviamente, un manager no puede vivir en una urna de cristal. Debe conocer el riesgo de lo que supone estar al frente de una empresa y del mercado en el que ésta se desempeña. Eso incluye el conocimiento de los clientes, a los que debe conocer y tratar de forma cercana y personalizada.
- Dominio de los sistemas de organización:
Además de planificar, el manager debe ser un experto a la hora de gestionar. ¿Y qué quiere decir esto? Básicamente que tenga la habilidad de ponerse al frente a la hora de manejar equipos de trabajo, coordinar actividades, invertir recursos, entre otras acciones. Vamos, que lo suyo serán los sistemas de organización.
De las habilidades duras de un manager se desprenden, a su vez, otras que se refieren a capacidades o talentos específicos de cada cargo o sector empresarial. Estas últimas ocupan una especie de segundo nivel de habilidades.
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