La sostenibilidad en el ecommerce actual. El impacto del consumidor responsable
Digitalización y la sostenibilidad, protagonistas en el presente y futuro de todas las organizaciones además de claves en el plan de recuperación. No en vano, son las dos líneas prioritarias en las que se basan los fondos Next Generation EU (NGEU), que a su vez financian el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (NRRP).
Pero es clave garantizar que ambos ejes se desarrollen de forma coordinada, contribuyendo de forma positiva a la recuperación. Al igual que debemos de ser conscientes del papel que juega el ciudadano con su poder de decisión como consumidor responsable de servicios y productos y agente de cambio para acelerar dicho proceso de recuperación.
Un ejemplo de esta necesidad de integración la podemos ver al analizar la digitalización del comercio y su evolución. Un ecommerce que aunque venía creciendo a dos dígitos por año con la pandemia ha batido récords. Y es que, el confinamiento producido por la COVID-19 ha incrementado la tipología de producto adquirido por internet, el número de compras y también el número de nuevos compradores. De hecho, todas las previsiones establecen que aunque el comercio físico seguirá siendo un importante canal de venta, su peso se verá reducido progresivamente. Todo lo contrario de lo que pasa con el ecommerce que se mantendrá en auge. De hecho, según los últimos datos de la CNMC, el comercio electrónico superó en España los 13.600 millones de euros en el segundo trimestre de 2021, creciendo un 13,7% frente al año anterior.
¿Cómo afecta la digitalización del comercio a la sostenibilidad?
Si ponemos el foco en el sector que ocupa el primer puesto en volumen de negocio concentrando el mayor volumen de ingresos, podemos observar algunos impactos. Y es que la moda, concretamente la venta online de prendas de vestir, ha batido récords duplicando su crecimiento en el 2020 (48%) y en continuo crecimiento en el segundo semestre 2021 (22%), alcanzando el 8,4% del total de las ventas online. Un crecimiento que irá en aumento, ya que aunque el peso del ecommerce sobre el total de ventas de moda en España supuso el 19,4% en 2020, se encuentra todavía lejos del 33% de Alemania y el 47,8% en Reino Unido.
Sin embargo, frente a estos datos que podrían mostrar señales positivas desde el punto de vista económico, tenemos los datos del informe anual de la patronal del sector, Acotex, que muestran que España cerró 2020 con una debacle para el sector textil al producirse un desplome de las ventas del 41%, el cierre de 14.800 tiendas y la destrucción de 26.700 empleos.
Y es que, otra de las tendencias que acompaña al crecimiento del ecommerce es que va acompañado de un incremento progresivo de venta online en webs extranjeras y la disminución de la compra online dentro de España.
Sólo si consideramos las prendas de vestir, este saldo neto arrojó un déficit de 2.338 millones de euros en 2020 y de 1.633 millones de euros en el 1er semestre 2021. Pero si incluimos el resto de actividades, este déficit se situó en 23.151 millones de euros en 2020, 13.623 millones en el primer semestre 2021 (similar al total de ingresos del segundo trimestre del año).
Un balance económico que nos permite entender el riesgo que puede suponer no integrar la digitalización sin considerar y gestionar los impactos en la sostenibilidad, desde el punto de vista ambiental, pero también económico y social.
Y es aquí donde el consumidor responsable adquiere un protagonismo clave. Según el informe, de la EAE Business School, “La sostenibilidad en el e-commerce actual. El impacto de nuestra decisión de compra”, más de la mitad de los encuestados (55,8%) han penalizado con su decisión de compra o están dispuestos a hacerlo, a empresas o marcas que no integren acciones de sostenibilidad en sus productos. Es por ello que cada vez son más los ecommerce que empiezan a integrar criterios de sostenibilidad, conscientes de que es una demanda de los grupos de interés y una ventaja competitiva.
Impactos como el uso excesivo de embalaje, y que este no sea reciclado o reciclable, las campañas agresivas, las devoluciones, las ineficiencia en la entrega o el impacto en las ciudades entre otros, son impactos que hacen que el consumidor online dude de la sostenibilidad del e-commerce actual (57%) y busque cada vez más minimizar el impacto negativo que este genera. Porcentaje que alcanza el 79,7% al preguntar a público general.
De hecho, el 88% de los encuestados considera relevante que los e-commerce ofrezcan información y opciones más sostenibles, tanto de productos/servicios como respecto a la entrega de estos, y tres de cada cuatro encuestados valoran un distintivo que identifique la sostenibilidad de las distintas tiendas de venta online. En este sentido, surgen iniciativas como el movimiento entregasostenible.org, que busca poner en valor a todos los ecommerce comprometidos con la sostenibilidad ayudando a favorecer la toma de decisión consciente por parte del consumidor mediante su identificación con el logo entrega sostenible, generando un mayor compromiso con la sostenibilidad entre las organizaciones y empoderando a los consumidores como agentes de cambio con su decisión de compra.
Y es que el ecommerce es necesario y ha venido para quedarse, pero debemos garantizar que sea sostenible desde un punto de vista económico, ambiental y social. Y es ahí donde el consumidor responsable está jugando un papel clave, primando y premiando a aquellas organizaciones que están impulsando los cambios en este sentido, que hace que el resto de organizaciones trabajen en la misma dirección para no quedarse atrás. Un consumidor que cada vez es más consciente de que con su decisión de compra, es decir, cómo y dónde compra, puede cambiar el mundo, y que apoyar organizaciones, productos y servicios que impulsan la sostenibilidad ambiental, económica y social, le beneficia y es una decisión hasta egoísta y por supuesto inteligente.
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