Finanzas sostenibles: relevancia y opciones
Muchos argumentan que hemos llegado al planteamiento de finanzas sostenibles demasiado tarde. Que tomar en consideración aspectos como el respeto al medio ambiente o el impacto sobre las comunidades deberían haber constituido una prioridad hace mucho tiempo.
Y es cierto. Afortunadamente, hoy somos conscientes de lo relevante de esta visión y contamos con el apoyo de los organizamos reguladores de la Unión Europea, para reforzar el sistema legal comunitario y acelerar la transición a este enfoque.
La toma de decisiones en base a este planteamiento debe vencer la tendencia cortoplacista que aleja a las instituciones del foco en el bien común. Así, las estrategias de financiación sostenible dependen de dos conceptos clave. Por un lado, gestionar los riesgos no financieros. Por otro, asegurar una contribución positiva en relación con los aspectos socioambientales.
Avanzar hacia una economía sostenible es una meta alcanzable, aunque para alcanzarla habrá que trabajar en la resiliencia, prioridades, inclusión y financiación de la transición.
¿Por qué son importantes las finanzas sostenibles?
Las finanzas sostenibles continúan ganando terreno, pese a que deben vencer la inercia del sistema. Dado que este planteamiento implica fuertes beneficios en el plano económico y social más amplio, sus efectos positivos pueden constatarse.
No se trata de una cuestión exclusivamente pública. El sector privado juega también un papel importante en la redefinición de los negocios y las estrategias de inversión. Las finanzas sostenibles se han vuelto cada vez más populares en los últimos años, y nada más que frente a la pandemia de Covid-19.
Los últimos meses han servido para demostrar que orientar los flujos financieros hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 es esencial para nuestro futuro. Sin embargo, esta intención en sí misma no será suficiente.
Es preciso ir más allá de las medidas de gestión de riesgos que prevalecen actualmente y centrarnos en planes de contribución positiva. Esto puede conseguirse:
- Situando la sostenibilidad en el centro de los diferentes modelos de negocio, tanto para las empresas como para el sistema bancario mundial.
- Enfatizando un diálogo más abierto entre las instituciones financieras y los beneficiarios, tanto en temas socioambientales como financieros.
- Compensando a los inversionistas por el riesgo que asumen, para reorientar de manera más efectiva los recursos disponibles hacia temas de interés general.
Actividades de finanzas sostenibles
Las actividades que se agrupan para el paraguas de las finanzas sostenibles, por nombrar solo algunas, incluyen fondos sostenibles, microfinanzas, bonos verdes, inversión de impacto, propiedad activa, créditos para proyectos sostenibles y el desarrollo de todo el sistema financiero de una manera más sostenible.
Quizás, dentro de las más conocidas se encuentren las finanzas verdes, que cubren una amplia gama de productos y servicios financieros, que se pueden dividir en productos bancarios, de inversión y de seguros. Ejemplos populares serían los bonos verdes, préstamos con etiqueta verde, fondos de inversión verdes y seguros contra riesgos climáticos.
Más allá de las particularidades que definen la elección de unos u otros productos, lo verdaderamente importante es plantearse este tipo de alternativas que brindan las finanzas sostenibles. No solo como un modo de diversificar la cartera, sino como una forma de contribuir al futuro del planeta.
Créditos fotográficos: Angel Burgos
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