6 actitudes gerenciales que pueden crear desmotivaciones
Pocas cosas son tan costosas en una empresa como mantener gerentes causantes de crear desmotivaciones y minar la moral del equipo. Los empleados desmotivados tienen un desempeño inferior y son más susceptibles de abandonar la empresa que trabajadores más comprometidos.
Una investigación de Gallup muestra que el 87% de los empleados se consideran desconectados en el trabajo. Y es que, aunque las organizaciones saben lo importante que es tener empleados motivados y comprometidos, no suelen responsabilizar a los gerentes de conseguirlo.
Investigaciones de la Universidad de California descubrieron que los empleados motivados eran un 31% más productivos, tenían un 37% más de ventas y eran tres veces más creativos que los empleados desmotivados. También tenían un 87% menos de probabilidades de abandonar la empresa, según un estudio del Corporate Leadership Council.
Pero el 70% de la motivación de un empleado está influido por su gerente (Gallup). Y, ¿qué sucede cuando sus actuaciones consiguen crear desmotivaciones?
Crear desmotivaciones en la plantilla: los malos hábitos de los gerentes
Si uno de los objetivos de la empresa es lograr una plantilla comprometida y satisfecha con su trabajo, hay que intentar que algunos hábitos de los gerentes cambien. Se trata de esas actitudes que sólo consiguen crear desmotivaciones, como:
- Imponer excesivas reglas. Las empresas deben tener reglas, pero las innecesarias pueden provocar un efecto negativo en las personas. Cuando los buenos empleados se sienten constantemente vigilados, seguramente, empezarán a buscar otro lugar para trabajar.
- No reconocer los logros. Es fácil subestimar el alcance del reconocimiento, especialmente con los mejores trabajadores, ésos que destacan por su motivación intrínseca. Pero lo cierto es que a todos nos gustan las felicitaciones, sobre todo cuando se trabaja duro por la empresa. Recompensar los logros individuales demuestra que se presta atención a ese esfuerzo y que se valora el compromiso con los objetivos de la organización.
- Contratar y promocionar a los perfiles equivocados. Los empleados buenos y trabajadores quieren trabajar con profesionales afines. Cuando los gerentes fallan en sus elecciones de promoción o reclutamiento terminan por crear desmotivaciones basadas en la desigualdad o en acciones y decisiones que se perciben como injustas por parte de la plantilla.
- Tratar a todos los empleados igual. No es lo mismo que ser equitativo, y, por eso no es la táctica adecuada, puesto que no todos los empleados presentan los mismos niveles de rendimiento. Hacerlo daría la impresión de que, independientemente del desempeño, todos recibirán el mismo trato y eso no es justo para quienes se esfuerzan más y sacan más trabajo adelante.
- Tolerar el desempeño precario. Cuando en una empresa se permiten las actitudes indolentes, se tolera que algunos empleados no completen sus tareas y éstas tengan que ser asumidas por otros o que determinadas personas, por ejemplo, lleguen siempre tarde al trabajo, la falta de consecuencias puede terminar arrastrando a toda la plantilla, que no verá motivos para seguir esforzándose.
- Ser un mal líder. Un elevado porcentaje del abandono de talento tiene como causa directa la mala relación con un superior. Los buenos líderes identifican a quienes atraviesan tiempos difíciles y les apoyan; también saben cómo plantear desafíos a sus empleados para sacar su mejor versión. Son profesionales involucrados con los objetivos de la empresa y los equipos de trabajo, a los que no solo les importa la productividad.
Crear desmotivaciones es, por desgracia, bastante más sencillo que ayudar a otros a mantener la moral alta, esforzarse, comprometerse, crecer profesionalmente y fortalecer su vínculo con la organización. Por eso, es una necesidad para cualquier empresa el reforzar el liderazgo de calidad y velar por la salud del clima organizacional.
Créditos fotográficos: gearstd
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