Fondo de maniobra negativo: implicaciones
El fondo de maniobra negativo hace referencia a uno de los tres estados básicos que se pueden desprender de un análisis financiero: la empresa no puede hacer frente a sus obligaciones y compromisos a corto plazo ante la falta de liquidez.
Sin embargo, en esta definición no se incluyen las plataformas o grandes compañías que trabajan con dinero en efectivo al contado y, por lo tanto, cubren sus obligaciones en plazos más largos. Es decir, que un fondo de maniobra negativo no siempre es tan perjudicial como en principio lo parece.
¿Es posible trabajar con un fondo de maniobra negativo?
Lo ideal es que, tras realizar los correspondientes análisis financieros, las empresas arrojen un fondo positivo de maniobra o, como mucho, uno igual a cero. En estas dos situaciones la gestión es mucho más favorable y el margen para quienes la lideran es más amplio. Recuerda: cuanto mayor sea el fondo de maniobra, mayor será la liquidez.
El fondo de maniobra negativo es una mala señal en casi todos los casos, pues advierte de las dificultades para la operatividad y viabilidad de un negocio. La situación debe solucionarse cuanto antes para evitar la quiebra.
Sin embargo, esto no quiere decir que una empresa deje de ser rentable u operativa en el momento en que el análisis financiero arroje un fondo de maniobra negativo. Es más, los negocios pueden seguir operando en su respectiva área o sector, aunque sí que es verdad que con menos seguridad y garantías de éxito.
Todas las grandes empresas, por ejemplo, han tenido que hacer frente alguna vez a una situación de este tipo. De hecho, existen no pocos casos de algunas que han logrado superarlas con creces, es decir, que han salido fortalecidas y más tarde han triunfado.
Mercadona: cuando el fondo de maniobra negativo es lo usual
Ahora bien, conviene volver sobre una situación que ya avanzábamos en el primero de los apartados de este post: para algunas empresas, un fondo de maniobra negativo no es una situación excepcional ni mucho menos perjudicial, sino que se trata de un elemento más en su actividad cotidiana. Un ejemplo cercano es Mercadona.
La cadena de supermercados, una de las más importantes de nuestro país, tiene la mayor parte del año un fondo de maniobra negativo. Y no se debe a una mala gestión ni a un excesivo endeudamiento, sino al modelo que voluntariamente ha elegido para el cumplimiento de sus compromisos con proveedores y terceros.
Si bien vende al contado sus productos, lo cual garantiza liquidez constante en su caja, tarda entre 2 y 5 meses para pagara a sus proveedores, un sistema a través del cual puede diferir los pagos de sus deudas con la tranquilidad de saber que siempre tendrá liquidez para asumir dichos compromisos. Es una cuestión de método, no de impagos.
En este tipo de casos, el fondo de maniobra negativo puede suponer incluso una doble ventaja: asegurarse de contar con la liquidez necesaria para cuando llegue el momento de asumir los pagos y, a la vez, autofinanciar proyectos de mejora interna.
Deja un comentario
1 comentario
inmaculada
24 julio, 2018 0:42
el fondo de maniobra negativo hace referencia a la falta de liquidez a corto plazo en una empresa