¿Por qué los jóvenes no encuentran su primer empleo?
Como bien sabes, uno de los problemas más acuciantes que tienen ahora los jóvenes que intentan incorporarse al mercado laboral es que difícilmente encuentran ese primer empleo que les permita empezar una vida nueva como adultos plenamente insertados en su comunidad. Hombres y mujeres que acaban de terminar sus estudios tienen serias dificultades por entrar en ese reducto profesional para el que, supuestamente, se han preparado durante prácticamente toda su vida escolar y académica. ¿Por qué los jóvenes no encuentran su primer empleo? ¿Cuáles son las razones fundamentales del retraso en empezar una vida laboral activa y productiva? Esas son las dos cuestiones que vamos a intentar responder en el artículo de hoy.
La alta tasa de paro juvenil
Según datos de la EPA –Encuesta de la Población Activa- en el segundo trimestre del 2016 la tasa de paro entre jóvenes menores de 25 años era del 46,5%, una cifra que aunque es algo mejor que la de años pasados sigue siendo muy preocupante. Según esta encuesta, un 45,8% de los varones menores de 25 años están en paro y la cifra es incluso mayor entre las mujeres: un 47,3% se encuentran en situación de desempleo.
Pero todavía hay más: si nos fijamos en los menores de 20 años la cifra se dispara y llega hasta algo más del 60% de desempleados, en concreto un 61,8% de los varones y un 66% de las mujeres no están trabajando ni estudiando. Son los tristemente conocidos como “ninis”, esa amplia población que ni estudia, ni trabaja.
Las razones
Hace un par de años la tasa de paro juvenil rozaba el 57%, un dato tan preocupante que generó decenas de estudios que intentaban encontrar las razones principales de esta situación. Uno de los estudios más interesantes lo firmó la conocida Consultoría McKinsey, una entidad reconocida que concluyó que la principal razón del desempleo juvenil en España era la debilidad de su sistema educativo.
Según esta entidad, el sistema educativo español tiene serias deficiencias estructurales, problemas endémicos que propician que los jóvenes que terminan o abandonan prematuramente su etapa formativa no consigan encontrar un puesto en el mercado profesional. Los dos principales problemas relacionados con la educación desde el punto de vista de McKinsey serían los siguientes:
- Falta de adaptación de los contenidos formativos a las necesidades presentes y furutas del tejido empresarial.
- Excesivo peso de los contenidos formativos teóricos en detrimento de los contenidos formativos prácticos.
Las soluciones
En estos últimos años, los expertos en educación y empleo se han puesto de acuerdo en pocas cosas, pero sí en una fundamental: es necesario que nuestros jóvenes adquieran unos sólidos conocimientos teórico-prácticos dirigidos al entorno profesional real.
Además de concluir con éxito sus estudios académicos reglados, es preciso que nuestros jóvenes refuercen su formación adquiriendo sólidos conocimientos especializados en el sector de actividad al que deseen acceder, que accedan a unos contenidos formativos impartidos en entidades de reconocido prestigio que conozcan las necesidades reales de las empresas de nuestro país y preparen a los jóvenes para que cumplan perfectamente con las exigencias de su futuro empleador.
Pero, además, esos jóvenes no deben dejar de recibir formación continua de calidad a lo largo de toda su carrera profesional, una formación que les permita estar continuamente al día de los cambios ineludibles del tejido empresarial y económico del siglo que nos ha tocado vivir.
¿Qué opinas? ¿Crees que la formación es la clave para aliviar el problema del paro juvenil?
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