Los retos de invertir en materias primas

Además de los beneficios de diversificación de la cartera que los productos básicos pueden agregar a las tenencias de acciones y bonos tradicionales, invertir en materias primas también puede tener un atractivo especulativo.

 

Qué significa invertir en materias primas

En general, los precios de las materias primas aumentan en un entorno inflacionario, razón por la cual esta clase de activos ha estado recibiendo más atención recientemente y hay más personas que se plantean invertir en materias primas.

Tras la crisis financiera, el llamado superciclo de los productos básicos, que fue impulsado por el enorme crecimiento de la economía china, significó que una inversión en productos diversificados podría haber arrojado excelentes rendimientos. Sin embargo, este rendimiento a largo plazo incluye períodos de volatilidad extrema a corto plazo, que pueden afectar a los productos básicos individuales.

 

 

Y los inversores deberían tener cuidado al invertir en productos individuales, especialmente a corto plazo. Puede ser tentador comprar un producto cotizado en bolsa que ofrezca exposición, por ejemplo, a los precios del cobre porque ha escuchado que la demanda podría estar aumentando. Pero, si se decide invertir en materias primas, no hay que olvidar prepararse para los efectos de la volatilidad.

Ganar o perder: ¿conviene invertir en materias primas?

Los desafíos de invertir en materias primas son evidentes. Poner el dinero en mercados de productos básicos es una decisión arriesgada, que se complica aún más por el hecho de que, a menos que se tenga acceso a las instalaciones de almacenamiento y se pueda aceptar la entrega física, la forma más sencilla de ganar exposición es a través de un vehículo de inversión, como un producto negociado en bolsa o una nota estructurada. Muchos son baratos y líquidos, pero es importante entender lo que se está comprando:

• Por ejemplo, algunos fondos cotizados en bolsa de oro siguen de cerca el precio al contado porque están respaldados por lingotes reales, que se almacenan en cámaras de seguridad. Sin embargo, debido a que los mercados de productos básicos son complicados, la inversión puede perder valor incluso si el precio de los productos básicos subyacentes ha aumentado.
• Si existe una gran diferencia entre los precios al contado y el precio de los futuros podría plantearse un problema en el momento de hacer avanzar el contrato de derivados. Esto se debe a que los mercados de productos básicos tienden a existir en uno de dos estados: o el precio a plazo de un contrato de futuros está por encima del precio al contado o se espera un alza en el futuro, que es esencialmente lo contrario.
  
  

Invertir en materias primas a través de empresas de productos básicos también implica un riesgo elevado. La ruta principal para ganar exposición a los productos básicos es a través del mercado de valores mediante la compra de acciones de compañías mineras o energéticas. Sin embargo, puede haber problemas con el gobierno corporativo y los regímenes políticos inestables en los países donde operan muchas de estas empresas.

Las compañías de productos básicos individuales pueden generar enormes ganancias, pero con mayor frecuencia conducen a pérdidas espectaculares, por la propia naturaleza de la industria.

Incluso con las empresas mineras diversificadas a nivel mundial, su inversión puede verse afectada por un problema imprevisto en una mina o un mercado de productos básicos en particular, o sufrir las consecuencias de riesgos más generales, como la calidad de la administración y las condiciones subyacentes del mercado de valores.

Los inversores privados también deben pensar detenidamente en el tratamiento fiscal de cualquier fondo de materias primas.

Por todas estas razones, habría que tener claro que invertir en materias primas puede parecer atractivo, pero, en la práctica, en vez de centrarse en los mercados de productos básicos es más recomendable un enfoque de múltiples activos, que termina siendo la mejor manera de crecer y proteger la riqueza a largo plazo.

Créditos fotográficos: Raferto