La postcrisis: nuevos retos para el directivo

Ya lo dice el sabio refranero español: “No hay mal que cien años dure”. Una frase que parece estar muy en boca de la gente que lleva aguantando desde hace tiempo los rigores de esta dura crisis económica. Y sigue de actualidad ahora que empiezan a aparecer cada vez más indicios positivos en nuestra maltrecha economía.

La pregunta está en la mente de todos, ¿es cierto que estamos superando la profunda crisis o no? Las opiniones están divididas y las dudas son enormes.

Por un lado tenemos a los políticos, que intentan crear un ambiente de esperanza. Ya hemos oído decir varias veces a los ministros Luis de Guindos y Cristóbal Montoro que empezamos a tener buenos datos sobre la evolución de nuestra economía, que las dudas medidas que aplicaron empiezan a dar sus frutos. Pero sus opiniones pueden pecar de excesivamente triunfalistas y, evidentemente, hay que verlas bajo el sesgo de los intereses gubernamentales.

Por otro, tenemos a algunos prestigiosos economistas (Santiago Niño-Becerra, entre los más destacados) que cuestionan la posibilidad a esa ansiada salida de la crisis. Los datos macroeconómicos aún no reflejan con la seguridad necesaria el cambio de tendencia económica. Además, la mayoría coinciden que aunque sea real la recuperación, aún tardará bastante tiempo en ser evidente para la mayoría de la población: reducción considerable del paro, crecimiento económico constante, fin de los recortes en las administraciones y los servicios públicos…

Volviendo al refrán del principio del artículo, hay que pensar que siempre se ha salido de todas las crisis y, por supuesto, de esta también lo haremos. ¿Lo estamos haciendo ya? Es posible, por eso vale la pena empezar a pensar en un escenario nuevo: la postcrisis, un término mucho más acertado que «recuperación», porque está claro que muy pocas cosas volverán a ser como antes. Y también que toca aplicar las enseñanzas que hemos vivido en estos años.

A nivel directivo, cabe reflexionar sobre lo que estos años de crisis económica han cambiado a las empresas para poder seguir adelante: incremento de la productividad, reducción de costes y de cargas financieras, apuesta por la internacionalización… Sin duda, es un aprendizaje duro pero que hace que las empresas que siguen puedan afrontar mejor los desafíos que esta nueva etapa postcrisis depara:

1. La presión constante por los resultados, las ventas son el oxígeno necesario para sobrevivir.
2. El equilibrio entre el corto plazo (lo urgente) y la visión estratégica a largo plazo (lo importante) compiten en el día a día directivo.
3. El acceso a la financiación para afrontar las necesidades de crecimiento y mantener el peso de la deuda en unos niveles viables para las cuentas de la empresa.
4. La gestión del talento: hay que recuperar la confianza y la motivación en equipos que han sufrido recortes y despidos.
5. La flexibilidad para adaptarse a un nuevo contexto del mercado caracterizado por la digitalización y las nuevas demandas del consumidor.
6. La visión internacional para dar salida a bienes y servicios en un mercado nacional que se ha visto reducido.
7. La crisis económica no debe ser una crisis de valores. Hay que recuperar principios como confianza, calidad, profesionalidad, creatividad, innovación, honestidad, agilidad…
8. La importancia de la Administración pública, que representa un 46% del PIB y, por tanto, es un actor clave a tener en cuenta siempre.
9. Una apuesta decidida por las buenas prácticas, la mejor gestión y el conocimiento experto en el sector de cada empresa.
10. Es decir, recuperar los principios básicos en la gestión directiva. Los de siempre. Como los que encontramos en Principios de Gobierno Corporativo de la OCDE: “Deberán actuar disponiendo siempre de la información más completa, de buena fe, con la diligencia y atención debidas y en el más alto interés de la sociedad y de los accionistas” (principio VI, punto A).

¿Qué retos crees que nos esperan en la etapa postcrisis?

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