Estimación directa simplificada: ¿te conviene?
Tributar el IRPF mediante estimación directa simplificada o por módulos es el dilema que se plantean en nuestro país muchos empresarios y autónomos. En realidad, se trata de una cuestión de planificación y control, pero, para tomar esta decisión, hay quienes recurren a un profesional especializado en asesoría financiera.
A algunos les preocupa pagar más, a otros encontrarse con sorpresas… lo que todos tienen en común es que quieren obtener el mayor valor de su dinero, cumplir sus obligaciones y tener la tranquilidad que da el hacer las cosas bien.
¿Es la estimación directa simplificada una buena opción?
La diferencia básica entre la estimación directa simplificada y el tributo del IRPF por módulos está en pagar en cuatro veces, o en doce mensualidades. Pese a que, a primera vista, pueda parecer una cuestión que se reduce a la división de una obligación en menos veces y mayores cantidades o más veces y menores cantidades, en realidad, hay más:
- Cuando se programa el pago por módulos se tiene un mayor control del gasto y la planificación se vuelve más sencilla. La contabilidad de la empresa queda simplificada, ya que cada mes es igual, no hay cambios, ni imprevistos, y están claros el “debe” y el “haber”.
- Sin embargo, con la estimación directa simplificada la base de los pagos se establece en función de la facturación, por lo tanto, puede variar. Así, el empresario se encuentra con que hay meses al año en los que no debe hacer frente a ningún pago relacionado con el IRPF, 8 meses en concreto, mientras que los otros 4 sí. Además, en esos meses en los que tributa, puede no tributar igual, ya que dependerá de su actividad y sus beneficios.
Estos sistemas tienen sus ventajas y sus inconvenientes, pero no todas las empresas son iguales. Hay pequeños empresarios y grandes empresarios, también hay que tener en cuenta la figura del autónomo.
Quizás, a la hora de decidir haya que atender al volumen de facturación. Cuando es elevado, puede resultar más sencillo y cómodo acogerse al tributo por módulos. De este modo:
- Se evita tener que hacer los cálculos para establecer las cuantías de la estimación directa simplificada.
- Se conoce el importe al que ascenderá la obligación de tributar cada mes, exactamente.
- Se puede llevar la contabilidad individualmente, puesto que es más sencilla que cuando se acoge el empresario al otro sistema.
Sin embargo, también habrá quienes vean que su contabilidad no es tan simple, por ejemplo, si tienen trabajadores en plantilla, y, al valorar sus previsiones de crecimiento y compararlas con su historial de ingresos y beneficios, decidan optar por la estimación directa simplificada.
En este caso, no existe un importe fijo y el tributo se calculará en función de los ingresos reales en cada periodo:
- Se trata de una opción recomendable para empresas más grandes, por ejemplo, todas las que superan los 250.000 euros de facturación anual, límite que les impide acogerse al sistema de módulos.
- Tiene algunas ventajas, como las compensaciones que se producen cuando los beneficios reales son inferiores a los estimados.
Para terminar de decidir qué sistema te interesa más, puedes entrar en la web de la Agencia Tributaria y acceder a la información más completa sobre la estimación directa simplificada, para conocer a quién se aplica cómo se calcula y a qué obligaciones contables y registrales hace referencia.
Créditos fotográficos: Deucefleur
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