El análisis de datos ha pasado de ser una opción a convertirse en una necesidad para los negocios del siglo XXI. La información abunda y se produce a la velocidad de la luz, lo cual exige de tu parte el desarrollo de una mentalidad analítica activa.
No obstante, no sólo se trata del análisis como ejercicio, sino sobre todo de una acción que va más allá y que apunta a la selección, interpretación y lectura de datos para la oportuna toma de decisiones y la consecución de objetivos. Es decir, una herramienta práctica que mejore y optimice la gestión de tu negocio.
Saber hacerlo requiere entender lo que está sucediendo a tu alrededor y, al mismo tiempo, desarrollar una serie de hábitos y cualidades propias de un analista de datos que pueda hacerse un lugar en un escenario cada vez más globalizado y digitalizado.