Si quieres liderar, necesitas estas competencias

No hay dos directivos iguales como no hay dos personas iguales. Cada uno tiene su estilo, su personalidad, su manera de gestionar, su manera de liderar los equipos. En definitiva, cada persona tiene unas competencias que lo diferencian.

Aunque en un artículo reciente de este blog hemos tratado las competencias, conviene recordar que estas, aplicadas en el ámbito directivo, son comportamientos habituales y observables que determinan el éxito en el desempeño del liderazgo en una organización.

Hay competencias inherentes a las personas, pero otras hay que se pueden desarrollar de forma consciente. Por tanto, puedes aprender a liderar mejorando tus habilidades y capacidades de gestión, pero teniendo siempre la actitud adecuada. Porque una cosa es intentar ejercer el liderazgo (mandar un equipo y esperar obediencia) y otra muy distinta que el líder sea reconocido y seguido por el resto  (un relación de equipo basada en el respeto y la confianza).

Supongamos que ya has evaluado tus competencias directivas y sabes las que mejor te definen, pero ¿son las que necesitas para asumir el reto de liderar equipos de forma eficaz? A continuación intentaremos definir las competencias que todo líder debería tener, independientemente del sector profesional donde se vayan a poner en práctica, porque hay competencias que son más adecuadas en unos ámbitos que en otras.


TEXT - TOFU - Secretos Liderazgo

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Estrategia:

Un líder debe ser capaz de detectar las debilidades y las fortalezas del grupo, analizarlas en su conjunto para poder sumar las diferentes capacidades y poder ofrecer más soluciones ante un determinado objetivo. También debe tener una visión de futuro y compartirla con el equipo.

Asertividad:

Es la capacidad del directivo de expresar sus propios intereses, creencias y opiniones de manera sincera, respetuosa y tranquilla, sin perjudicar ni agredir a los miembros del equipo. Implica no solo decir de manera adecuada lo que se piensa, sino también saber escuchar a los demás.

Proactividad:

Es la capacidad para adelantarse a los acontecimientos y proponer nuevas estrategias que fomenten el dinamismo y eviten el estancamiento. Un líder debe estar siempre activo y saber encontrar nuevas ideas, soluciones o alternativas cuando sea necesario.

Empatía:

Es la capacidad de ponerse en el lugar de los componentes del equipo. Es decir, de entender lo que sienten los otros para reconocer situaciones que les afecten, con el fin de ayudar a superarlas y de fortalecer la relación en el grupo.

Ética:

Es la capacidad de reconocer lo que está bien y lo que está mal y regularlo, con respeto a las normas y costumbres. Es también lo que entendemos por tener principios.

Creatividad:

Es la capacidad para generar ideas innovadoras y llevarlas a cabo: no solo las propias, sino también las ajenas. El líder debe recoger todo el conocimiento del equipo y crear nuevas propuestas con sus diferentes puntos de vista.

Flexibilidad:

Es la capacidad para adaptarse a las nuevas situaciones y a los cambios en los grupos que se lideran. El líder debe ser consciente de aquello que no ha funcionado, para compartirlo con el equipo, cambiarlo y comenzar de nuevo. En resumen, evolucionar y aprender de los errores.

Orientación a resultados:

El líder debe tener claro el objetivo para el que se está trabajando y equilibrar las actitudes y aptitudes de los diferentes miembros del equipo para alcanzar los resultados deseados, pero sin que esa meta desestabilice el grupo. Y es que el fin no justifica los medios.

Motivación:

Es la capacidad para fomentar la actitud positiva y motivadora del equipo, así como para estimular a sus miembros para alcanzar el objetivo común. Esta es, quizás, una de las más importantes competencias para cualquier líder. Sin motivación ninguna de las anteriores competencias podría cumplirse.

Y tú, ¿qué competencias consideras necesarias para liderar?

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1 comentario

Andres Macario

25 mayo, 2015 13:08

El 87% de los responsables de Recursos Humanos considera que el mayor desafío al que se enfrentan es la falta de compromiso de los empleados y la ausencia de identificación con los valores y objetivos de las empresas. Aunque es un problema que impacta en los resultados y que afecta a las previsiones de crecimiento de las compañías, sólo el 7% de los responsables a nivel mundial se consideran preparados para desarrollar un programa adecuado de medición, impulso y mejora del compromiso de los trabajadores, frente al 11% registrado en España.

La gestión del talento a través del liderazgo es para mí, sin duda, la palanca de mayor creación de valor y diferenciación.

Un saludo,
Andres Macario
@andresmacariog

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