¿Por qué triunfan las franquicias Low Cost?

El término «Low Cost» ha ido ganando protagonismo a raíz de la crisis económica. Se trata de aquellos negocios que, con una inversión relativamente baja o al menos mucho menor de la que implicaría la puesta en marcha de una empresa tradicional, esperan obtener máximos beneficios.

El modelo por excelencia es el de las franquicias, marcas que se han ido posicionando sin que el conjunto de locales que ofrecen sus productos pertenezcan a un solo dueño. Es decir, compras el derecho a la marca y el resto es para ti.

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En España, por ejemplo, las franquicias bajo el modelo Low Cost se han multiplicado en los últimos cinco años. Actualmente, casi la mitad de la oferta global de empresas franquiciadoras es de este tipo, cifra en la que destaca el sector servicios, cuya apuesta por el Low Cost se acerca al 75% de la oferta.

Ante las dificultades para iniciar una empresa en tiempos de recesión, un buen número de emprendedores ha encontrado en el Low Cost la alternativa perfecta para gestionar su propio negocio minimizando los riesgos de inversión.

¿Por qué el modelo sigue expandiéndose a casi todos los sectores del comercio? ¿Dónde radica su éxito? Veamos algunas claves que nos ayuden a entenderlo:

  • Capacidad de adaptación. Quizá sea el origen de su rápida expansión. Las marcas que han apostado por el Low Cost han sabido adaptarse a un contexto de crisis donde el consumo se ha ralentizado y los precios habituales no eran viables. El Low Cost ofrece la posibilidad de seguir vendiendo productos a precios más accesibles.
  • Ofertas atractivas. Otra razón que podría explicar el auge de estas franquicias son los paquetes de ofertas que las acompañan. Además de estar al alcance de la mano de cualquiera, casi todas resultan originales y atractivas, y siempre buscan una conexión directa con el público al que se dirigen. La cadena 100 Montaditos es el mejor ejemplo de ello: la «Euromanía», las campañas semanales de «Todo a 1€» o la innovación en el menú han logrado cautivar a numerosos clientes.
  • Cobertura de nuevas necesidades. A raíz de la crisis económica, muchos hábitos de consumo se han visto alterados. En el sector de la alimentación, por ejemplo, cada vez son más las personas que prefieren el tapeo a sentarse a comer de plato en un local específico. La prueba está en que no pocos locales que se han alejado del modelo Low Cost están sufriendo las consecuencias.
  • Garantizan estabilidad. Para los emprendedores, administrar un local que ofrece productos de una franquicia es un excelente punto de partida. La marca ya se encuentra posicionada, lo cual evita un trabajo en ese sentido. Adicionalmente, el radio de clientes ya existe y las posibilidades de éxito aumentan.
  • Sencillez y practicidad en el servicio. Para poder adaptarse al modelo Low Cost, la gran mayoría de marcas han eliminado los elementos que no aportan valor dentro de las cadenas de producción. Esto explica que el servicio sea directo, rápido y sencillo. Las cadenas de alimentación han eliminado puestos de chefs especializados; a cambio, han formado a su plantilla en todas las labores del local. También los hostales Low Cost han prescindido de servicios adicionales como minibares o gimnasios.

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1 comentario

Rafael Vázquez

16 mayo, 2016 16:35

Las franquicias Low Cost representan, además de un inteligente modelo de cooperación empresarial, un comportamiento sectorial propio de los ciclos de recesión económica en el que se destacan las necesidades de la oferta en reorientar la estrategia y en compensar el efecto deflacionista de la economía.

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