Design thinking, la innovación estratégica

Un nuevo término ha entrado con fuerza en las estrategias de innovación empresarial: el design thinking. Una herramienta de gran utilidad para las organizaciones y que está enfocada a que implementen la innovación de forma eficaz y exitosa.  Te explicamos las claves más importantes del design thinking para que le saques el máximo provecho y ¡tu equipo y tu empresa brillen!

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Design thinking e innovación estratégica: el éxito del trabajo multidisciplinar

El design thinking es una metodología que cada vez más utilizan las organizaciones para desarrollar productos y alcanzar soluciones exitosas. La base es conocer al máximo a sus clientes y para ello se forman equipos multidisciplinares. Su objetivo es observar a los usuarios y dar con soluciones centradas en ellos, a través de diferentes puntos de vista.

Así, el design thinking se centra en el proceso de diseño e integra esta variedad de enfoques que tiene como objetivo:

  • Adquirir conocimientos básicos sobre los usuarios del producto y sobre la situación o el problema que afrontan. Pretende comprender al usuario.
  • Desarrollar empatía con los usuarios, mediante la observación de los mismos.
  • Generar un usuario tipo para el cual se diseña la solución o producto, definiendo así el punto de vista a partir del cual se debe desarrollar el diseño.
  • Generar tantas ideas como sea posible. Por lo tanto, es necesario idear.
  • Construir prototipos de las ideas más prometedoras.
  • Aprender a partir de las reacciones de los usuarios al interactuar con el prototipo. Por tanto, es necesario dejar que prueben el producto mediante los prototipos desarrollados, y recabar información gracias a dicha interacción.

 

Los principios del design thinking

En su libro Design Thinking para la innovación estratégica, Idris Mootee explica los 10 principios que deben seguir las empresas a la hora de integrar esta metodología:

Está orientado a la acción:

Propone aplicar un enfoque de actuar para aprender interdisciplinario a la resolución de problemas. Nos permite tomar en cuenta diversos intereses y capacidades por medio de experiencias cognoscitivas prácticas y aplicadas entre los individuos. Buena parte del design thinking consiste en crear diseño.

Está a gusto con el cambio:

Es disruptivo y provocador por naturaleza, porque fomenta nuevas maneras de abordar los problemas. El encuadramiento estratégico de problemas complejos y ambiguos exige un enfoque libre de dogmas organizacionales, limitaciones codificadas y supuestos caducos. Una gran parte del proceso de design thinking consiste en salirse de los roles convencionales y huir de los dogmas existentes, para analizar nuevas metodologías para resolver problemas.

Es antropocéntrico:

Siempre se centra en las necesidades del cliente o del usuario final, incluyendo las inexpresadas, insatisfechas y desconocidas. Para ello, el design thinking emplea diversas técnicas de investigación basadas en la observación y la escucha, para informarse sistemáticamente sobre las necesidades, tareas, pasos e hitos del proceso de una persona.

Integra la previsión:

Sin imaginar de forma anticipada y disciplinada el futuro, el proceso de planificación estratégico no sirve de nada. La previsión nos abre el futuro con incógnitas, y espera de nosotros que afrontemos una información insuficiente durante el proceso de descubrir y crear un resultado tangible.

Es un proceso constructivo dinámico:

Es iterativo. Exige una definición, redefinición, representación, evaluación y visualización constantes. Es una experiencia cognoscitiva constante, que surge de la necesidad de obtener y aplicar nuevas percepciones a los objetivos cambiantes. Por este motivo, la definición de prototipos, la creación de artefactos tangibles y compartibles, se convierte en un elemento importante del conjunto de instrumentos del design thinking.

Fomenta la empatía:

Coloca al usuario en el centro de todo. Fomenta el uso de instrumentos que nos ayuden a comunicarnos con las personas, con objeto de comprender mejor sus conductas, expectativas, valores, motivaciones y las necesidades que les impulsan y que mejorarán sus vidas. Usamos esta información para desarrollar nuevos conocimientos por medio del aprendizaje y la experimentación creativos.

Reduce los riesgos:

Tanto si se trata del desarrollo y el lanzamiento de un nuevo producto como de un servicio, aprender de los pequeños fracasos inteligentes arroja muchos beneficios. Son cosas que siempre pasarán, pero las prácticas aplicadas del design ayudan a reducir los riesgos al tener en cuenta todos los factores presentes en el ecosistema de desarrollo, incluyendo la tecnología, el mercado, la competencia, los clientes y la cadena de proveedores.

Puede crear significado:

Las presentaciones de PowerPoint y las hojas de Excel tienen una capacidad limitada para transmitir visiones o ideas. Crear significado es la parte más dificultosa del proceso de diseño, y los instrumentos de comunicación que se usan en el design thinking contribuyen a captar y a expresar la información necesaria para formar y socializar el significado. Llegar a este punto requiere su tiempo, y se va forjando por medio de las múltiples iteraciones y conversaciones.

Puede llevar la creatividad empresarial al siguiente nivel:

Fomenta una cultura que valora los cuestionamientos, inspira la reflexión frecuente mientras se actúa, celebra la creatividad, acepta la ambigüedad y crea significado visual por medio de interacciones con visualizaciones, objetos físicos y personas. Una organización que usa el design thinking crea un proceso de inspiración y sensibilidad para hacer que el contrato emocional que los empleados tienen con su organización sea tangible.

Es la nueva lógica competitiva de la estrategia empresarial:

El design thinking es la práctica más complementaria que se puede aplicar a la teoría de la estrategia competitiva de Michael Porter. Permite a las compañías crear nuevos productos, experiencias, procesos y modelos de negocio que trascienden lo que meramente funciona. Los convierte en productos deseables, lo cual constituye una ventaja competitiva realmente sostenible por medio de la innovación.

 

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1 comentario

Andres Macario

25 mayo, 2015 13:00

Excelente post!! Considero que el proceso de Design Thinking no es lineal, sino que se retroalimenta. Mediante la observación se busca conocer al cliente, sus experiencias y entender sus sentimientos y emociones, empatizar con él y encontrar los insights. Este proceso facilita la innovación a la hora de proponer soluciones sin prejuicios ni límites. En la etapa de “prototipaje” se construyen prototipos para aterrizar esas ideas y valorar la viabilidad de las mismas, así como identificar posibles mejoras. Posteriormente se testea y se identifican las posibles carencias y fallos, nuevas mejoras y necesidades.

Un saludo,
Andres Macario
@andresmacariog

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