Dispositivos wearables: ¿cuál es su sitio?

Desde hace ya algunos años, algunas de las empresas de tecnología de consumo más conocidas del mundo, véase Apple, Samsung o Motorola, vienen apabullando a los consumidores con información relevante a unos productos que, supuestamente, iban a revolucionar el mercado tecnológico: los dispositivos wearables o, más en concreto, los smartwatches o relojes inteligentes.

Ahora, con varios dispositivos en el mercado, algunos de ellos tan publicitados como el iWatch, ya se puede hacer un análisis del impacto generado por estos dispositivos. Y la conclusión general es que han suscitado muy poco interés.

¿La revolución de los relojes inteligentes?

Ante todo cabe resaltar que esto de los relojes inteligentes no es un invento nuevo, ni mucho menos. Hace años, incluso décadas, que algunas compañías pusieron a la venta los primeros y rudimentarios relojes inteligentes, como el Seiko UC-2000, que ya en 1984 presentaba conectividad con otros ordenadores y dispositivos como el teclado.

Lo cierto es que desde el “boom” de 2012, las empresas siguen apostando por este tipo de dispositivos, como si quisieran imponerlos a la fuerza a pesar de sus discretísimas ventas. No en vano, los smartwatches han sido las estrellas indiscutibles de la feria IFA de tecnología que se celebró en Berlín en septiembre de este año, y donde empresas como Google, Samsung, Huawei o Motorola presentaron sus novedades en este campo.

Sin embargo, ¿existe tanta demanda como para que los fabricantes tengan tanto interés en seguir produciendo oferta? Según los resultados que desprende el estudio que ha realizado la conocida consultora Ipsos-Mori, la respuesta es clara: No.

Según esta encuesta realizada entre 1.000 ciudadanos británicos de más de 15 años, casi 7 de cada 10 personas saben perfectamente lo que es un smartwatch (el % disminuye a medida que aumenta la edad del target). Sin embargo, tan solo el 1% de los encuestados afirmó poseer uno. Esto ya es un apunte importante sobre la falta de interés en un producto que prometía ser tan rompedor. Sin embargo, aún hay más.

Entre todas las personas encuestadas, tan solo el 23% afirmaron que un smartwatch puede facilitar las tareas del día a día, es decir, el 77% restante lo considera un aparato prácticamente inútil. También, casi el 50% afirma de forma rotunda que las personas “no necesitan tener un smartwatch” y lo consideran como “una distracción más”.

De esta manera, los datos reales reflejan que las esperanzas puestas en esta tecnología de momento no han cristalizado en realidad, y no parece haber indicios de que eso pueda suceder a corto plazo. El problema, como dice casi la mitad de los encuestados por Ipsos-Mori, es que las personas ya no necesitan tener un smartwatch, es decir, la sobresaturación de aparatos de electrónica de consumo.

De momento, parece que esto dispositivos inteligentes no encuentran su sitio en el mercado. ¿Terminarán siendo parte de nuestro día a día como lo son hoy los teléfonos móviles? No cabe duda que los gigantes tecnológicos están pujando para que ello suceda y que, además de estar permanentemente conectados a nuestro teléfono móvil, lo estemos también a nuestros relojes.

 

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