Descubre los secretos de la motivación laboral con la mejor formación

Aunque el rendimiento de un empleado depende, en gran medida, de la actitud que éste asuma en el momento de desarrollar sus tareas, también las empresas deben promover los climas laborales más adecuados para potenciar las habilidades de sus trabajadores.

A esta serie de condiciones, creadas en un contexto y con unos objetivos determinados, se le conoce como motivación laboral; es decir, aquellas estrategias o planes de acción que buscan un mejor desempeño de los empleados.

En el caso de los gerentes o los altos directivos, cuyo papel resulta crucial para el buen funcionamiento de una compañía, es fundamental ahondar en este concepto y sus características, lo cual puede hacerse a través de una formación específica o un MBA .

¿Cómo llevar a cabo estrategias de motivación al interior de una empresa? ¿Por dónde empezar? ¿Qué elementos se deben tener en cuenta?

 

 

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Principios de la motivación. ¿Qué mueve a cada empleado?

Un buen gerente o director de equipos de trabajo debe tener claro, en primer lugar, que no todas las personas responden a los mismos estímulos. Si bien es cierto que casi todos los trabajadores tienen un objetivo trazado de antemano, las vías de acceso a esos objetivos varían en función de una serie de características individuales.

  • Personalidad:

Tiene que ver con el carácter de cada trabajador. El directivo debe tener claro cuáles son las cosas que le generan interés, satisfacción, alegría y que, al mismo tiempo, permitan aumentar sus talentos y capacidades. También es indispensable conocer sus reacciones, su capacidad de resolver incidencias y la manera en que se relaciona con los otros empleados.

  • Deseos y necesidades:

Guarda relación con el apartado anterior, pero en este caso pone el foco en los intereses que cada empleado tiene a la hora de llevar a cabo sus tareas. Los intereses pueden ser de muchos tipos: no sólo materiales (un coche, un piso, una buena remuneración, etc.), sino también aquellos que se relacionen con sus aspiraciones profesionales (respeto, prestigio, necesidad de autoridad, entre otros).

  • Sistema de creencias:

Esta tercera fase involucra aspectos como la religión, la educación, la formación y los principios y valores que determinan en buena medida el desempeño de un empleado.

 

De la teoría a la práctica. Formas de motivación laboral

Además de un adecuado conocimiento de sus empleados, el directivo debe impulsar una serie de medidas para que la motivación forme parte de la filosofía de la compañía. Éstas son algunas de las más importantes:

  • Trazar metas y objetivos para cada empleado en períodos de tiempo específicos.
  • Acogida de nuevos empleados. El ideal es hacerlos sentir parte de la compañía desde el inicio de su vinculación.
  • Buena valoración salarial. El dinero también cuenta.
  • Incentivos y premios. No se trata de fomentar la competitividad permanente, pero sí de estimular el desempeño de los empleados.
  • Mejora de las condiciones de trabajo cuando sea necesario: tiene que ver tanto con las cláusulas establecidas en un contrato como con las herramientas para la realización de las tareas.
  • Formación. Los trabajadores deben tener la opción de mejorar sus conocimientos en un campo determinado para, a mediado o largo plazo, aspirar a un ascenso.

 

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