Caminando hacia una estrategia empresarial exitosa

Empezar una aventura empresarial es tremendamente difícil y requiere de mucho esfuerzo, tesón, ganas, inspiración y sobre todo, mucha, mucha preparación. Esta última es más que necesaria para asegurar que el proyecto pueda llegar a buen puerto. Como decíamos, hay que estar preparados, es decir, hay que tener una estrategia. La estrategia empresarial es aquello que permite a las compañías caminar de manera segura y decidida hacia sus objetivos por un sendero bien definido.

A priori, parece obvio que la implementación de una estrategia empresarial es fundamental para la puesta en marcha de un proyecto de empresa. En muchas empresas dicha obviedad no es tan obvia. Muchos y muchas arrancan iniciativas de negocio bajo la premisa de «tengo una gran idea» o «soy muy bueno en lo mío». No es suficiente.

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No debemos confundir la estrategia empresarial con la planificación estratégica.

  • La estrategia empresarial es el modo de expansión de la empresa a largo plazo comprometiendo parte de sus recursos y su capital. En esta definición incluimos los objetivos y metas, los medios para alcanzarlas y la revisión de dichos objetivos y procesos.
  • La planificación estratégica se define como el proceso que permitirá el desarrollo de una estrategia adecuada entre los objetivos y capacidades de la empresa y las oportunidades y cambios que surjan en el mercado. Básicamente, permitirá a la compañía lograr una ventaja competitiva a largo plazo.

Para la definición de una estrategia empresarial sinónimo de éxito debe conocerse en profundidad la compañía desde dentro así como también el entorno en el que desarrolla su actividad. Esto permitirá realizar un análisis DAFO bastante preciso y con información muy completa. Además, siempre debe tenerse un ojo y medio puesto en la competencia. ¿Cuál es su estrategia y que resultados está obteniendo?

Así, las fases de la definición de la estrategia son:

  • Análisis de la situación
  • Formulación de objetivos
  • Creación del plan de acción
  • Determinación de recursos y presupuesto

Pero ningún proceso de formulación de estrategia empresarial puede llevarse a cabo sin tener en cuenta los cuatro fundamentos básicos de una estrategia de éxito.

Los valores de la empresa

La filosofía, el credo, la manera de hacer que define los procesos individuales y colectivos dentro de la compañía. Los valores de la empresa definen la forma de actuar de la empresa en base a los objetivos establecidos. La consideración de los valores propios antes de llevar a cabo cualquier acción es la clave para alcanzar el éxito. La definición de valores debe ser clara, concisa y medible –estableciendo indicadores para tal fin-.  Los valores empresariales han de ser planteados de tal manera que todos los miembros de la empresa los entiendan y actúen siempre teniéndoles muy presentes.

La misión de la empresa

Es la definición de la razón de ser, de la existencia de la empresa. La misión describe el propósito para el que ha nacido la empresa en conjunción con los valores empresariales. La Misión permanece en el tiempo y es el horizonte hacia el que camina la empresa. A través del planteamiento de una misión empresarial alineada con los valores empresariales, la compañía podrá realizar una planificación estratégica coherente.

La visión de la empresa

Cuando se habla de la Visión empresarial se hace referencia del establecimiento de plazos para la consecución de la misión empresarial. Se basa en la pregunta «¿dónde queremos estar dentro de 5-10 años? ». Así, la empresa consigue establecer un panorama claro de los objetivos a conseguir en el futuro a medio y largo plazo. Así, la compañía podrá evaluar los avances de cara a objetivos al establecer un tiempo determinado para la consecución de los mismos.

El valor añadido

La empresa debe dejar clara la aportación de valor para el usuario final. Será la seña identificativa por la que los clientes reconocerán la marca y se decantarán por ella y no por otras. Se trata del principal método de diferenciación frente a la competencia. La propuesta de valor añadido se realizará sobre la base del conocimiento del público objetivo y el conocimiento de la competencia. Normalmente la diferenciación gira en torno a precio, liderazgo de producto/servicio y personalización de los mismos.

Estos cuatro pilares básicos deben estar alineados de cara a conseguir el éxito en cada fase del proceso de desarrollo de la estrategia empresarial, la cuál debe estar bien planteada y revisada punto por punto y así marcar el camino recto hacia la consecución de los objetivos.

 

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