Gestión del cambio: 5 claves para liderarla

Un mercado global y exigente, una competencia cada vez más feroz y un desarrollo tecnológico acelerado hacen que las organizaciones tengan que adaptarse constantemente antes las nuevas necesidades: reestructuraciones, fusiones, adquisiciones, lanzamiento de nuevas líneas de negocio, incorporación de nuevas tecnologías. Para la mayoría de empresas el cambio es una oportunidad de crecer y aprender; en cambio, para otras es sinónimo de inconvenientes e incertidumbre. Conocer las claves para gestionar el cambio -ajustando y capacitando el capital humano e integrando nuevos recursos- es vital para la supervivencia y competitividad de nuestra empresa. 

Si quieres empezar a aplicar el liderazgo transformacional, te enseñamos cómo en nuestra guía: ¿Qué es el liderazgo transformacional y cómo desarrollarlo dentro de tu empresa?

 

1.- Liderar la idea del cambio organizacional. El cambio mal gestionado puede despertar una reacción en contra -actitudes de resistencia y oposición- de nuestros colaboradores y compañeros que haga peligrar no solo el proyecto y la productividad de la empresa, sino también nuestra reputación y carrera como profesionales. Por ello, el primer paso es crear y visibilizar la necesidad del cambio en la organización, generar una actitud positiva compartiendo y empatizando con los equipos y, por último, crear una hoja de ruta con una planificación realista en cuanto a resultados. El objetivo es conquistar la razón y el sentimiento de los colaboradores, soportes e ingredientes necesarios para que el cambio triunfe.

2.- Comunicar para involucrar: compartir las ventajas del cambio. Es necesario dar a conocer de forma clara las necesidades del cambio, su justificación: el por qué y para qué. Solo de este modo, conseguiremos que los equipos hagan suyo el proyecto y participen en el activamente. Si además, presentamos y ponemos ejemplos de la dimensión que tendrá el cambio, el grado de implicación aumentará. Contar con un buen plan de comunicación interna y asegurar la información y transparencia durante todo el proceso de cambio facilitará la tarea de preparar y capacitar a las personas implicadas para sumarse al cambio organizacional.

3.- Nueva organización y cultura empresarial. Todo cambio supone una nueva forma de hacer las cosas. Establecer nuevos organigramas y tareas – rompiendo con el «aquí siempre se ha hecho así»- es un paso más hacia el cambio. Para ello, es importante saber rodearse del talento, de aquellas personas dinamizadoras –top leaders– que estén preparadas para guiar a sus compañeros en el proceso de cambio dotándoles de suficiente confianza y empoderamiento para asumir este nuevo reto, al estilo de un líder transformador. De igual modo, tan importante es asumir nuevas tareas -una organización en red con un ambiente colaborativo apoyado en las tecnologías sociales- como consolidar la nueva cultura empresarial:  valores y creencias.

4.- Medir el éxito. Lo que no se puede medir no se puede controlar; lo que no se puede controlar, no se puede mejorar. Esta máxima cobra especial relevancia en la gestión del cambio. Es de obligado cumplimiento evaluar los procesos y medir sus resultados. Solo de este modo se podrán modificar ciertos comportamientos y asumir nuevas decisiones estratégicas para tomar el rumbo esperado por la empresa y sus colaboradores.

5.- Celebrar, dar a conocer y reconocer los resultados del cambio. Para perpetuar el cambio en la empresa el mejor antídoto es la participación. Y si buscamos participación frente a la resistencia o al estancamiento, deberemos ser capaces de comunicar pública y ampliamente los beneficios y resultados del cambio. Si los colaboradores han sido protagonistas del cambio hay que hacerles ver que han sido útiles y que su implicación ha dado los frutos esperados. Y tú, ¿ya estás preparado para el cambio?

 

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